24: un mundo distinto

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Un intenso y constante pitido despierta a JiSung

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Un intenso y constante pitido despierta a JiSung. Está solo, en una habitación vacía y con el piso húmedo. Le duele la espalda, siente que ha sido golpeado y ni siquiera notó que se había quedado inconsciente.

Hay una luz que ilumina la puerta, pero no puede moverse. Nota que sus manos están atadas con una cadena, y esta por su parte se conecta a la pared.

¿Qué debería hacer...? Siempre ha sido asustadizo; siempre ha tenido miedo, pero lo que siente ahora mismo nunca antes lo sintió. Vio a un hombre morir en manos de los mismos que ahora lo retienen, y que además retienen a su novio. ¿Qué podrían hacerles a ellos? ¿Por qué...? No entiende. ¿Qué fue lo que hizo...?

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MinHo abre los ojos. Apenas hay luz, pero puede observar el cuarto vacío. Es demasiado pequeño y hay una puerta de acero que aparenta ser extremadamente pesada; no podría moverla en el estado en que se encuentra.

No lo sabe, pero ha estado en aquel lugar un par de días, durmiendo.

Sus manos tiemblan; se sienten húmedas y arrugadas. Pero dejan de moverse en cuanto escucha que la puerta se abre. Entonces lo sabe: pueden verlo en todo momento.

- Lee MinHo. - Pronuncia su nombre con desprecio el mismo hombre alto que hace días mandó a callar a JiSung. Solo por eso ya podría aborrecerlo, sin embargo miles de razones se aglomeran a la espalda del tipo, como una sombra que simplemente crece. - Levántate.

Su terquedad y su furia lo obligarían ahora a no moverse y no obedecer, pero tienen a JiSung. Eso y el miedo que se expande en su interior vuelven sus movimientos fugaces, siguiendo cada orden al instante.

Sus manos ahora están esposadas delante de él mientras el chico de cabellos oscuros tira de ellas por pasillos grises, pero iluminados.

Puede saber que el plan es no dejarlos ir hasta morir porque ni siquiera lleva una máscara. No les importa que los vea y tampoco que sepa y descubra, porque de cualquier manera morirá luego de eso.

Luego sabe que no está en cualquier lugar; ese sitio fue preparado puramente con ese objetivo: retenerlo, torturarlo y finalmente asesinarlo. Lo sabe cuando entran en una pequeña habitación, parándolo delante de una ventana que al descubrirse muestra la figura de su novio atado, sentado sobre el suelo y con la mirada caida en una habitación de 5 por 5.

- Él no puede verte ni escucharte, así que si gritas será peor para él. Le conviene que te quedes callado. - Advierte mientras otro par de ellos entran a donde el rubio se encuentra.

Ve que JiSung se asusta, lo mira recorrerse con dificultad hasta una esquina, negando con la cabeza y pidiendo que no se acerquen.

- No lo toquen... - Pide bajito MinHo y el azabache lo mira. - Él no... Él no hizo nada malo, por favor.

Pero ríe. El contrario ríe de sus súplicas y sigue mirando.

MinHo observa también cuando arrancan la ropa del chico al que ama, cuando comienza a retorcerse y su pecho sube y baja con brusquedad. Duele ver lo que sigue después. Duele escucharlo gritar y duele más no poder detenerlo.

Y no sabe si sería mejor gritar tanto hasta que decidan matarlo, porque JiSung no merece sufrir eso. No otra vez. Y si de cualquier manera ambos morirán, quizá es mejor abstenerse de tanto dolor.

- ¿Por qué...? - Escucha que JiSung murmura mientras uno de los hombres sigue abusando de él. Escucha que lo repite continuas veces, sin una respuesta. MinHo solo quiere decirle que no es su culpa que eso ocurra. Nunca lo fue. De la misma manera en que la señora Kang no es culpable de haber sido violentada sin saber qué hacer, JiSung no tiene la culpa en estos momentos.

Es una tortura que dura demasiado tiempo. Cuando ambos hombres terminan de usar el cuerpo de su novio y salen de la habitación, ya ha pasado casi una hora.

El hombre que lo acompaña vuelve a tomar sus manos esposadas mientras MinHo sigue observando que JiSung se hace pequeño. Y al salir de la habitación mira a los hombres que hace poco lo lastimaron y quiere asesinarlos, pero intentarlo solo pondría esa situación peor. Siente impotencia.

Pero en lugar de llevarlo al primer lugar en el que estuvo, el hombre que viste aquel traje negro le abre la puerta que lo dirige hacia JiSung.

Entra con él unos metros y quita las esposas. Luego se va, dejándolos a ambos ahí, solos.

Es solo cuando escucha la puerta cerrarse que corre deprisa hacia el cuerpo de su novio, pero este lo mira con miedo y se hace bolita contra la pared.

- Por favor... Por favor, no te acerques. - Murmura una y otra vez entre vagidos.

MinHo lo entiende.
Asiente y solo se quita el saco para cubrir la fría piel de JiSung. Luego se aleja, sentándose contra una pared distinta para no molestarlo.

Porque no sabe lo que debe hacer o decir en esa situación. No sabe qué es reconfortante ni cómo ayudar. MinHo nunca sabe.

Por un rato hay silencio mientras sigue observando. ¿Qué más puede hacer...?

El cuerpo de JiSung tiembla frente a él, desnudo, con las piernas flexionadas y las rodillas contra su pecho y las manos atrás, atadas. Llora y respira bruscamente. Luego se traga sus vagidos.

- ¿Q-quién alimentará a Dori...? - Pregunta el menor como si nada; como si diera por hecho que no volverán y eso es lo que más importa.

- Cariño... Seguramente lo hará Felix.

- ¿Estás bien...?

- Yo lo estoy, ¿y tú...?

- Quiero desaparecer...

- Lo siento. Por todo esto, de verdad lo lamento.

- No es tu culpa, tú solo... Querías hacer tu trabajo.

Pero la puerta vuelve a abrirse y ambos voltean con miedo. Es un sonido tan desagradable que nunca podrán olvidar.

Un hombre que ninguno había visto antes entra con un par de bolsas plásticas en las manos y se agacha frente a ellos.
Saca de ellas una manta y algunas botellas de agua. También un poco de comida.

Luego se acerca a JiSung y voltea su cuerpo con cuidado, desatando sus manos.

- Coman rápido; salieron del edificio y nadie vigila las cámaras ahora, pero si alguien los ve estarán en problemas.

- Tú...

- No hagas preguntas, en serio tienen poco tiempo. Solo... Deja que él coma antes; te darán de todo a ti pero dejarán que él muera de hambre.

- Gracias. - Murmura el mayor. No puede entenderlo, pero piensa que quizá sea ese el amigo del cual HyungGu habló justo antes de morir. Y, probablemente, no sea su final.

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Ah~ tampoco tendré Internet, seguramente.

Fear 。・:*:・✿ Pαɾαɳσια [MinSung]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora