Mi nuevo comienzo

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Tiempo después de la pelea con el diablo, los Toros Negros se encontraban en su base disfrutando de un pequeño descanso tras la victoria. Era de noche y todos festejaban con un gran banquete en la sala.

Sin embargo, sobre el tejado una chica pelinegra miraba hacia un punto fijo el cielo, recordando todo lo que había pasado. Tenía dudas: «¿Qué será de mi ahora?», pensaba. A su vez recordaba al príncipe y su partida, haciendo que la tristeza llenara su corazón.

 A su vez recordaba al príncipe y su partida, haciendo que la tristeza llenara su corazón

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Dentro de la base, mientras todos comían, bebían y charlaban. Asta se dio cuenta de que Nero no había bajado, así que decidió ir a buscarla. No la encontró en su habitación, pero al salir de la base puedo divisar una figura sobre el tejado, entonces fue a verla. La imagen que encontró lo conmovió, era una chica de vestido negro parada sobre el tejado, mirando fijamente el cielo mientras dos delgadas corrientes de lágrimas bajaban desde sus ojos. El pelicenizo no supo que decir. Pero sabía que debía hacer algo, así que se acercó a ella. Nero se percató de esto, y voltió para verlo.

—¿Qué es lo que ocurre? —preguntó la chica a su compañero mientras este se detuvo.

—Nada, es que todos estamos abajo celebrando y quería saber... —No pudo terminar pues Nero lo interrumpió.

—No te preocupes, solo estaba pensando un poco las cosas —dijo mientras limpia aquellas lagrimas con sus brazos— tenía dudas pero, recordé que el príncipe dijo que observara el futuro por él, así que creo que eso es lo que haré —con una ligera sonrisa en su rostro.

—Me alegro —dijo Asta con una gran sonrisa—, además no olvides que ahora eres parte de los Toros Negros. Eres nuestra preciada compañera y nosotros te acompañaremos de ahora en adelante —decía, mientras extendía su mano para invitarla a bajar con los demás.

Al oír esas palabras y ver ese gesto Nero se emocionó y los sentimientos de duda y tristeza que aún quedaban en ella fueron envueltos por una gran sensación de tranquilidad. «Míreme príncipe, desde ahora observaré el futuro que usted me encargó al lado de mis nuevos compañeros», pensó.

—Bueno, vamos —dijo sin más la pelinegra

—Oh Nero, ¿ya estás bien? —preguntó curioso el chico de la antimagia.

—Sí, lo estoy —respondía Nero sin emoción mientras jalaba el cachete izquierdo de su compañero.

—¡Ay, ay, ay, ay! ¿Qué haces Nero? —reclamaba el pelicenizo.

—Mi nombre es Secre —mencionó la chica de vestido negro— y, apúrate antes de que nos quedemos sin comida.

—Oh es cierto. ¡Espérennoooos! —gritaba el ojiverde mientras se adelantaba a bajar.

—Tonto —decía la pelinegra en voz baja con una tenue sonrisa.

Antes de bajar, la hermosa chica de ojos rojos vio la luna que reflejaba un hermoso brillo sobre el tejado en el que se encontraba. Ya no eran dudas las que rondaban su mente, sino curiosidad y emoción de saber que es lo que pasará ahora.

—Este será mi nuevo comienzo. —Dio un pequeño suspiro, sonrió y bajó hacia donde estaban sus compañeros.

Este primer capítulo, la presentación de una de nuestras protagonistas que acaba de aparecer en la historia (en su forma humana). Tuve la idea de introducir esto antes de empezar las interacciones entre los personajes.

Un sentimiento prohibidoDonde viven las historias. Descúbrelo ahora