Era aun de mañana, mientras en la sala principal de la base de los Toros Negros se encontraban la mayoría de sus miembros listos para iniciar el día. Por el momento, todos estaban esperando el regreso de su capitán de la capital para asignar las misiones o tareas. Sin embargo, los deseos de un chico alborotarían un poco la tranquilidad del lugar.
—Oye Magna ¿Quieres pelear? —señalaba el mago de electricidad lanzando puños al aire.
—¿¡Eeeh!? Aún no he terminado de desayunar —respondía el mago de fuego que era el último que había quedado en la mesa.
—Oh, ¿Tienes miedo verdad? —decía Luck burlándose.
—¿Qué estás diciendo maldito? Te demostrare mi fuerza, te arrepentirás —amenazaba el virgen delincuente mientras se levantaba de la mesa.
—¡Jaja eso es! ¡Muéstrame, muéstrame! —seguía incitando el rubio.
Manga lanzaba poderosas bolas de fuego mientras Luck las esquivaba con ayuda de su magia del rayo.
No obstante, un gran estruendo irrumpió en la sala deteniéndolos a ambos. El capitán acababa de regresar, y que de otra forma sino rompiendo la puerta en vez de entrar por ella.
—¿A qué se debe tanto ruido? Los escuché desde afuera—preguntaba el capitán con una mirada penetrante.
—¡Lo siento Yami-san! —se disculpaba Magna agachando la cabeza.
—Oh, buenos días capitán ¿Quiere pelear? —preguntaba el ojiazul con su peculiar alegría.
—No hace falta, de hecho es de lo que quiero hablar con todos —respondía el mago de oscuridad—. Así que reúnanse —dijo dirigiéndose a los Toros Negros.
Se reunieron todos los miembros que se encontraban en la base a excepción de Henry quien no podía acercarse demasiado a sus compañeros, Zora que pasaba más tiempo fuera de la base que en ella y Gauche que por fin había podido ir a visitar a su querida hermanita desde temprano.
—Bien escuchen, por ahora nos hemos encargado del diablo del Reino del Trébol, pero no nos podemos descuidar. Existe una amenaza igual en el Reino de la Pica, así es otro diablo, al cual tenemos planeado atacar en 6 meses. Si logramos vencerlo, esto ayudará a probar la inocencia del mocoso y de la chica pájaro. Así que por el momento si no están en una misión, pónganse a entrenar hasta que superen sus límites ¡¿Entendieron?! —decía imponente Yami.
—¡Si Capitán! – respondieron todos al unísono.
—Bueno, hoy no hay misiones. Así que vayan a entrenar, creo que yo también superare mis límites ahora —decía el musculoso pelinegro.
—¡Ooooh! ¡Asombroso Yami-dancho! ¿Usted también irá a entrenar ahora mismo? —preguntaba Asta emocionado con estrellas en sus ojos.
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Un sentimiento prohibido
FanfictionPequeña Sinopsis de la historia: Nero empieza a desarrollar ciertos sentimientos hacia Asta, pero también sabe acerca de los sentimientos de Noelle. ¿Se declarará Noelle? ¿Qué posición tomará Nero? ¿Cuales son los sentimientos de Asta? ¿A quién elig...