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No sabía que tan buena idea había sido aceptar la cita que su exnovia le había propuesto, pero creyó que el hecho de que todo hubiera pasado hace ya un mes ayudaría a las cosas. Tal vez podría ser una reunión tranquila. Que equivocado estaba.

Antes de ser novios fueron amigos por un tiempo, y si bien era cierto que todo se había complicado cuando empezaron a andar, antes de eso su relación era de las mejores, incluyendo a Niall. Así que no sería una mala idea tratar de recuperar eso si la rubia así lo quería.

Así que cuando llegó la hora de su reunión decidió tomar unos jeans comunes con una polera negra para salir sin decirle nada a su madre, ya que en este mes no se había atrevido a informarle que ya habían terminado, se quería ahorrar todo un sermón de porque esa era una mala decisión.

Cuando estaban juntos, algunas veces llego a ir a su casa, y obviamente Camille se comportaba de la mejor manera, teniendo a su madre hablando de lo linda que era aquella chica por minutos eternos.

Camino hasta el autobús que lo dejaría cerca del acuario donde le había pedido verse Camille, y recordó que fue ahí donde tuvieron su primera cita, así que claramente sabia las intenciones que tenía la rubia. Una parte de él le hacía creer que no era así, porque estaba seguro de que la última intención que él tenía era regresar con ella, no después de probar los labios del castaño.

El mismo castaño en quien no había parado de pensar desde el día anterior cuando se besaron por primera vez, y ahora tenía demasiados pensamientos en su cabeza. No habían dicho nada sobre el beso, solo lo repitieron antes de que el mayor tuviera que irse. Temía que el viernes él llegara a la banca de siempre, pero Louis no.

No tenía idea de si el mayor se habría arrepentido después de aquel beso, o si tal vez se trataba de algún tipo de entretenimiento mientras estaba en la ciudad, y aunque tenía muchas dudas más, tendría que esperar al viernes para resolverlas.

Cuando el autobús paro, bajo de el y comenzó a caminar hasta el acuario sorprendiéndose al darse cuenta de que Camille ya lo estaba esperando. En cuanto entro pudo volver a sentir la presencia de alguien mirándolo, esa que lo abandonaba y volvía a lo largo de las semanas.

Rogo que la rubia no le reclamara por llegar tarde, pero en su lugar, solo se acercó a él y lo abrazo.

—Hola Harry —saludo sonriendo.

El mayor se impresiono por la actitud de Camille, en otras ocasiones la tendría gritando demasiado molesta por su retraso. Tal vez era cierto que quería arreglar las cosas y volver a ser amigos.

Se saludaron y compartieron algunas frases sobre lo agradable que estaba siendo el clima, después Harry se acercó a la taquilla para comprar dos pases completos, la amable chica le cobro y se los entrego. Mentiría si no dijera que le agrado que Camille no hiciera algún comentario sobre ella.

El acuario era el más grande de Doncaster, poseía más de cuatrocientas especies, todos siendo más maravillosos que lo anteriores. Empezaba por un pequeño túnel de vidrio con agua y peces dentro, que les permitía pasar por debajo de todos ellos. Sonrió cuando se acercó a uno de los cristales y dos peces aletearon hasta el, quedando justo frente de su mano.

También tenía la sensación de ser seguido por los peces, ya que todos parecían nadar hacia la dirección a la que él iba, mientras que la mirada pesada de siempre seguía sobre él. Estaba a punto de entra al siguiente punto del acuario, ese lleno de grandes y tiernos delfines de distintos tipos, cuando sintió la mano de Camille tomar la suya y llevándolo fuera del camino, yendo a donde parecían ser los baños.

Le hubiera gustado soltarse de aquel brusco agarre, pero sabía que de tratarlo la menor no dudaría en hacer alguna escena, y no tenía intención de llamar la atención de todos los presentes.

Άλυμπος (Olimpo)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora