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—¿Como es que esta aquí? —pregunto la rubia viendo al menor frente suyo—. Es un humano.

Después de que el menor se desvaneciera en los brazos de Louis, él pudo notar como la herida antes hecha por la Erinia había sido abierta por el minotauro pero supuso el menor no lo había notado por el shock que estaba viviendo y fue hasta que se calmó todo cuando el dolor se anunció en él.

Sin saber que hacer tomo a Harry en sus brazos y acudió a Bebe en busca de ayuda, quien no muy contenta se la ofreció. Ahora estaban ambos frente al menor, tratando de averiguar qué sucedía y si era posible salvarle la vida.

—Esperaba que tú lo supieras, hija de Atenea —se burló tratando de ocultar su preocupación.

Y bien, pudiera que la rubia lo tuviera merecido, jamás dejaba de alardear sobre ser hija de la diosa de la sabiduría y de cómo gracias a esto, era superior en demasiados aspectos; pero no la podían culpar, eso era lo que ocasionaba ser hija de seres tan poderosos.

Se limito a rodar los ojos cansada y aunque le hubiera gustado pelear, en su lugar miro a Louis sonriendo y alzando las cejas.

—Bien, entonces supongo puedes solo.

Estuvo a punto de darse la media vuelta para salir de ahí, pero el agarre del mayor en su brazo se lo impidió. Louis la miro a los ojos pidiéndole que se quedara, pero sin decir una palabra.

Una vez que se aseguró de que Bebe no iría a ningún lado, miro una vez más a Harry quien llevaba desmayado suficiente tiempo, y aunque la herida había parado de sangrar, eso no evitaba que le preocupara el estado del menor, pero aliviándose un poco al ver como su pecho subía y bajaba con normalidad indicando que su respiración era correcta.

—Está herido.

El mayor miro a Bebe completamente serio.

—Eso es algo obvio. Necesitas tener razón después de no saber responder algo, ¿eh?

—Vete al tártaro.

Louis abrió los ojos sorprendido. Eran pocas las veces que escuchaba a su amiga maldecir y estaba orgulloso de que siempre que lo hacía era gracias a él.

Se dieron una pequeña sonrisa de complicidad antes de ver al menor frente suyo que dormía ajeno a todo lo que pasaba, y sabiendo que probablemente olvidaría toda una vez despertara.

Analizó su cuerpo viendo varias heridas en sus brazos y piernas. Suponía que todas venían del minotauro, y no dudaba que debajo de su ropa tendría demasiados hematomas, preocupándose de si podía haber daño interno.

Decidido miro a Bebe y le dijo:

—Necesitamos ir con Asclepio.

Se agacho tomando con cuidado el cuerpo de Harry en sus brazos, sintiendo el calor del menor mezclarse con el suyo y el suave aroma a lavanda llegar a su nariz.

—¿Estás loco? Nos delatara sin dudarlo.

—¿Tienes una mejor idea Erictonia? —replicó.

La rubia lo miro mal al escucharlo mencionar aquel nombre que tanto detestaba y probablemente le hubiera respondido si no estuviera un poco preocupada por el mortal en manos de Louis.

—Las gemelas.

La confusión rápidamente se apodero del rostro del ojiazul quien jamás había visto a aquellas gemelas hijas del dios de la medicina, pero sí que había escuchado demasiadas historias sobre personas que habían decidió acudir a ellas, y en todas eran descritas como jóvenes e inmaduras. Jamás dejaría a Harry a manos de ellas.

Άλυμπος (Olimpo)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora