Jade tiene 11 años. Está jugando en el jardín con sus dos hermanos pequeños en su casa de Londres. Aunque pase desapercibida en el colegio, Jade es una niña muy especial. Cuando Jade se enfada pasan cosas inexplicables, cuando está muy feliz también...
Ya habían pasado varios días desde que llegué a la mansión de los Malfoy. No recibí ninguna carta de mis amigos, ni siquiera de Harry...
No entendí la conversación con Bellatrix Lestrange. ¿De qué voy a resultarle familiar? Si ni siquiera tengo familia de magos y esta gente no se codea con muggles.
Hoy es nochebuena, esta noche la cena será especial. Narcissa está preparando uno de sus platos especiales, no sé qué será pero hasta la habitación llega el olor y huele de maravilla.
De pronto alguien llamó a mi puerta.
-Adelante.-Dije.
-Hola Jade, ¿cómo estás?-Era Narcissa.
-Hola Cissy, muy bien gracias. Ahora mismo iba a prepararme para bajar a cenar.
-Te traigo algo.-Me dijo dándome una caja.
Abrí la caja y era un precioso vestido verde.
-Ese vestido me lo regaló Lucius las primeras navidades que pasamos juntos y quiero que lo lleves esta noche y que te lo quedes. Es para ti.-Me dijo antes de que pudiese contestar.
Me enamoré de ese vestido, nunca antes había visto uno igual.
-Muchísimas gracias Cissy, estoy enamorada del vestido. ¡Es precioso!-Y de un impulso la abracé.
Estos días me había demostrado cosas que me hacían sentirla como una madre. Era una mujer encantadora y le debo todo lo que está haciendo por mi.
-No me des las gracias Jade, te mereces este vestido. Póntelo y baja a cenar.
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Me puse el vestido, me arreglé un poco el pelo y bajé al gran comedor. Estaban Cissy, Lucius, Bellatrix, unos familiares de Lucius, la familia Parkinson y Draco.
Cuando bajé todos los ojos se pusieron sobre mi, la sonrisa de Narcissa se veía desde arriba de la escalera, la cara de asco de Pansy también, y la cara de asombro de Draco...
-Estás preciosa Jade cariño.-Me abrazó Cissy.-Sabía que este vestido era para ti.
-Gracias Narcissa.-Le sonreí.
-Hola Clarke, que guapa estás.-Dijo Pansy con ironía.
La ignoré por completo.
-¿Dónde puedo sentarme?-Pregunté.
-Al lado de Draco tienes un sitio.-Contestó Cissy.
En ese momento, Pansy echó a correr y se sentó en ese lugar.
-Vaya, pues ya no hay sitio. No pasa nada cariño, siéntate a mi lado.-Dijo Narcissa.
Me senté al lado de ella toda la noche, no tuve mucha conversación ya que no conocía a casi nadie. Me limité a cenar y a escuchar.
-Jade querida, ¿cómo decías que era tu apellido?-Me preguntó de nuevo Bellatrix.
-Clarke.-Dije seria. Estaba un poco cansada, no sé qué pretendía. Parecía que quería ridiculizarme todo el tiempo.
-Jade Clarke, una mujercita de carácter. Como su madre.-Dijo Bellatrix tapándose la boca, como si hubiera dicho algo que no debía.
-¿Perdón? ¿Tú de qué vas a conocer a mi madre?-Pregunté confundida.
La mesa entera se quedó en silencio pendientes de nuestra conversación. La cara de Narcissa era de espanto, como si nada bueno fuese a decir su hermana. Por otro lado, alguien me miraba extrañado esperando una respuesta de su tía.
-Conocí a tu madre, cuando estaba embarazada de ti Jade. Ya se de que me resultas familiar.-No dijo nada más.
Mi paciencia estaba llegando al límite.
-Mi madre es muggle y lo sabes Bellatrix, es sumamente imposible que la conocieras.
-Si querida, es cierto que tu madre era muggle. Pero es posible que tu padre no...
-¡Cállate Bellatrix! No estropees la cena de nochebuena.-Replicó Narcissa.
-No me digas que me calle hermana, déjame.
-¿Mi padre?... No, es imposible, te estás quedando conmigo.-Reí con ironía.
-Conocí a tu madre, Cecilia.
Enmudecí. Se sabe el nombre de mi madre y nunca la he mencionado. Ni siquiera he hablado de ella con alguien.
Miré a Narcissa con cara de desconcierto. ¿Qué está pasando? Me pregunté a mi misma mentalmente.
La cara de Narcissa era de compasión total, creo que ella sí que sabe lo que está pasando, pero no me lo quiere decir.
-Me disculpan un momento, por favor.-Me levanté de la mesa y salí fuera de la mansión a sentarme en uno de los bancos del jardín.
Necesitaba aire fresco, respirar hondo, y pensar cómo es posible que Bellatrix Lestrange sepa quien es mi madre.
En ese momento noté una presencia por detrás de mí pero no me quise girar, sabía que era Narcissa.
-¿Puedo sentarme?
Era Draco.
-Claro que sí.
-No hagas caso a mi tía, a veces es una entrometida. Dice cosas sin sentido.-Intentó calmar la situación.
-Mi madre se llamaba Cecilia, Malfoy. Se sabe el nombre de mi madre. Nadie, ni tan siquiera mis amigos en Hogwarts, saben el nombre de mis padres. Nunca he hablado de ellos.
Draco parecía no saber que decir al respecto. Creo que estaba igual de impresionado que yo.
-No sé Clarke, mi tía a veces usa la magia para hacer daño a los demás. Al fin y al cabo a alguien me tenía que parecer.
-No creo que seas como tu tía. Pero ese no es el caso, estoy desconcertada. No entiendo nada. ¿Te ha mandado tu madre?
-No, he venido por voluntad propia. Quería disculparme por la actitud de mierda que he tenido mientras eras mi invitada.
-Acepto las disculpas pero... por tu comportamiento antes de estar aquí ¿no te disculpas?
-Clarke no te emociones, es porque estás de invitada en mi casa.-Contestó serio.
Había visto lucidez en este chico pero al parecer es el mismo gilipollas de siempre.
-Bueno, bien. Algo es algo Malfoy.
-¿Quieres un poco de agua? No me queda otra, soy el anfitrión y es nochebuena.
-Te lo agradecería Malfoy.
Entonces se marchó a la cocina a por un poco de agua. Es un bien queda de cuidado.
Pasaron más de 10 minutos y no venía, me extrañó y como ya hacía un poco de frío entré en la casa en su búsqueda y fui directa a la cocina.
Me quedé quieta como una estatua al ver lo que estaba viendo con mis dos ojos marrones. No daba crédito a la situación y tampoco entendí la respuesta de mi cuerpo ante lo que acababa de ver.
Mientras yo esperaba a Draco fuera, él estaba aquí.
