Capítulo 18: Ojos que no ven...

454 46 11
                                    

Pasamos las horas conversando, riéndonos de vez en cuando y recordando alguna de nuestras peleas.

Miré el reloj, eran las once y media de la noche. Solo me quedaba media hora para dar respuesta a la señorita McGonagall.

-¡Mierda! Tengo que contestarle a Minerva. Enseguida vuelvo.-Me levanté casi corriendo cuando noté que me agarraba del brazo.

-Jade, no te vayas.

Le miré con cara de estar confundida. ¿Realmente Draco Malfoy quiere que me quede en su casa?

-¿Seguro Draco?

-No te vayas, quédate conmigo. Con nosotros.

-Está bien, me quedo.- Y me volví a sentar en el sillón.

La noche fue especial, al fin notaba que entre Draco y yo podría haber una bonita amistad.

Al día siguiente le comuniqué a los Malfoy que acabaría la semana en su casa. Ambos dos se alegraron por la noticia. Cada uno a su manera, claro.

-¡Qué bien Jade!-Me abrazó Cissy.

-Me alegro Jade, eres una gran invitada.-Contestó Lucius.

Los días en la mansión de los Malfoy fueron buenos, desde aquella noche en la habitación de Draco todo es más llevadero. Ya no discutimos, tenemos más conversación y compartimos bastantes cosas.

Es bastante amable conmigo ahora, ya no me insulta, ni tan siquiera es borde conmigo. He conocido a un Draco que, probablemente, nadie conozca.

Hoy volvemos a Hogwarts. Me despedí de Lucius y Narcissa con bastante pesar. Se habían portado muy bien conmigo a pesar de ser una hija de muggles.

Ellos mismos nos acercaron al castillo.

Cuando nos dejaron allí y se marcharon, hablé con Draco.

-Oye Draco, necesito que me ayudes con pociones, estoy muy perdida.-Le dije de camino a la entrada.

-Sí, sí.-Me contestó si tan siquiera escucharme.

-Draco, ¿me has oído?

-Claro, Clarke.

Clarke... ¿desde cuándo no me llamaba así? Ya suena hasta frío. En fin, se habrá confundido.

Entramos a la escuela, a lo lejos vi a mis amigos Ron y Hermione. Corrí a darles un abrazo, les echaba de menos.

-¡Herms, Ron! ¡Qué alegría volver a veros! ¿Qué tal las vacaciones.-Dije con entusiasmo.

-Muy bien querida Jade, pero te hemos echado de menos.-Me dijo Ron.

-¿Qué tal las tuyas en casa de los Malfoy?-Me preguntó Hermione.

-Al principio fue un infierno, pero luego fue bastante bien. Draco se ha portado bien conmigo, parece ser que ya tenemos una amistad.-Contesté.

-¿Draco siendo amable? No me lo creo Jade.-Contestó Ron.

-Oye.. ¿dónde está Harry?.-Pregunté seria.

-Jade, tenemos que hablar.-Me dijo Hermione con un tono serio.

Un dolor de estómago me atravesó el cuerpo después de las palabras de mi amiga.

Fuimos al baño y comenzó a contarme.

-Jade, durante las vacaciones...

-¿Sí?

-Durante las vacaciones, Harry...

-¿Qué es lo que pasa Herms? ¡Suéltalo ya!

-Harry y Ginny se enrollaron.

Silencio, comencé a llorar.

-Dime que es una broma Hermione. Por favor.

-Me temo que no... Lo siento Jade, siento que sea yo la que te lo cuente...

-Por eso no me escribió ninguna carta...

Lloré con más fuerza todavía, me dejé caer al suelo y mi amiga se agachó para abrazarme.

-No dejes que nadie te haga daño más Jade, vales millones. Harry no te merece, es mi amigo pero se ha portado fatal contigo.

En ese momento alguien más entró al baño, era Daphne.

-¡Jade! ¿Qué está pasando?-Ella también se agachó.

-Harry está saliendo con Ginny y no le ha dicho nada a Jade.-Explicó Herms.

-Pensaba que habías oído lo que el idiota de Draco va diciendo por ahí.

-¡¿QUÉ?! ¿Qué es lo que va diciendo?-Contesté en roja de ira.

-Pues...-Dijo Daphne rascándose la nuca.

-¿Pues qué Daphne? ¡CONTÉSTAME JODER!-No aguantaba más.

-Draco dice que has pasado las vacaciones llorando por Potter, sin salir de la habitación y cantando canciones de cuna para poder dormirte. Como si fueras un bebé...-Explicó Daphne.

No podía creerlo. El idiota de Malfoy me la ha jugado. ¿Cómo he podido ser tan tonta de pensar que podíamos ser amigos? Me las va a pagar caras.

Me levanté de un salto del suelo, me estiré la falda y la camisa y salí pitando del baño en busca de Malfoy.

Y allí lo vi, rodeado de sus amigotes y agarrando a Pansy de los hombros. Triunfante, como si hubiera ganado la copa de la casa el solito.

-¡TÚ, DRACO MALFOY!

-Uhh cuidado Draco, viene a por ti.-Dijo Goyle.

Se comenzaron todos a reir.

-Mira Malfoy, eres un desgraciado. Estás engañando a la gente solo para quedar de héroe y de guay cuando lo único que eres es un gilipollas que necesita la atención plena de las personas las 24 horas del día. Pero yo no voy a ser como tú y no voy a contar lo que ha pasado estas navidades. Ni tampoco inventaré nada como has hecho tú. Para ti estoy muerta.-Y me di media vuelta con la cabeza bien alta y el paso firme. Seguida de Daphne y Herms.

Llegamos a mi habitación, Herms no entró pero luego hablaría con ella.

Allí, en la intimidad de mi cama y con mi amiga a mi lado, comencé a llorar.

-No puede haber peor vuelta a la escuela Daphne. El chico del cual estoy enamorada me ha 'dejado' por otra sin decirme nada. Draco, el que parecía mi nuevo amigo, me ha clavado una espada en el puto corazón. No entiendo que estoy haciendo mal.

-Amiga, no te eches las culpas. La culpa es de los hombres, que son unos capullos integrales. Además, deberías haber visto la cara de Draco cuando te has dado la vuelta.

-¿Por qué?

-Porque la cara de culpabilidad se veía desde Hogsmeade. En un momento he podido descifrar que sabe que la ha cagado pero bien contigo.

-Y tanto que sí, para él ya no existo.

Amortentia - Malfoy & ClarkeDonde viven las historias. Descúbrelo ahora