8.-TESTIGOS EN LA PELEA

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Los médicos tardaron cerca de dos horas en darme el diagnóstico. En un rincón de la sala de espera, me sentía flotar sin dar crédito a lo que ocurría. 

Al fin el neurólogo se me acercó. ¿Gusta sentarse? Obedecí como un autómata.

—¿Qué tiene mi hijo, doctor?

—Tal parece que sufrió una crisis convulsiva muy singular. Los enfermos de epilepsia no suelen padecer este tipo de ataques a menos que haya otras causas patológicas especiales. 

—¿Qué causas? ¿Qué fue lo que sucedió?

—Tal vez un estatus epiléptico que lo condujo a un coma poco profundo.

Me llevé ambas manos a la cabeza y tiré de mis cabellos con fuerza.

—¿Un estatus? ¿Qué es eso?

—Se le dice así a los ataques múltiples que forman un ciclo y duran mucho tiempo. Su hijo presenta una encefalitis metabólica causada por una alteración del funcionamiento bioquímico de la corteza cerebral. 

Detectamos el problema ayer en la tarde. Inmediatamente llamé a su hotel pero no lo encontré. Le dejé un recado. Habría sido bueno haber internado al niño de inmediato... 

—¿Quiere decir que esto pudo haberse evitado? —pregunté sintiendo que el piso se abría bajo mis pies.

—Tal vez no la crisis repetitiva, pero sí la hipoxia cerebral 

Las lágrimas de la culpa, que son las más infames y dolorosas, comenzaron a quemarme las mejillas.

¿Y qué va a suceder?

—Esperamos que vuelva en sí en las próximas doce horas, pero igualmente el coma podría transponerse a fases más profundas. Estamos atendiéndolo con el mejor equipo técnico y humano. Por lo pronto, usted permanezca en calma. 

—¿En calma? ¿La ciencia se encoge de hombros y me recomienda que conserve la calma? ¿No le parece absurdo?

—Sí, señor Park, es absurdo. Se puso de pie para retirarse. —Usted podrá visitar a su hijo en cuanto sea trasladado a una habitación de terapia media. Eso ocurrirá dentro de tres o cuatro horas. Conviene que esté con él para que le hable. Si hay cualquier cambio, avise al jefe de piso. Él me localizará de inmediato. 

—Doctor —levanté el rostro contrahecho—, ¿puede hacer algo más por mí?

—Claro. ¿Qué se le ofrece?

—Llame a mi esposa y explíquele lo que pasó... 

—Son las cinco y media de la mañana... ¿Quiere que le hable ahora?

—Sí.

Seulgi llegó al hospital escoltada por sus padres y seguida de un joven a quien creí haber visto antes en algún lado.

La actitud amable que percibí en el teléfono se había tornado mortificada y acre.

¿Qué fue lo que ocurrió? —preguntó alarmada.

—¿No te lo explicó el médico?

—Sí, pero no entendí nada.

—Pues ya somos dos —sonreí un poco.

Movió la cabeza con desesperación.

—Hueles a vino. ¿No habrá sido por tu descuido lo que le pasó a Jungkook...?

Psychology || Seulgi [✓]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora