—Niños, terminen de cenar —Les ordena su mamá con suma tristeza.
—Está bien, mamá —Su corazón está roto, Noah ni siquiera la mira y es algo que le está afectando.
Se levanta y se va a su antigua habitación para dormir. Mañana hablará con Noah, mañana no se sentirá herida y será más fácil conversar.
La mansión se ve iluminada por los cálidos rayos del sol y todos los habitantes se despiertan para hacer sus quehaceres.
Después de desayunar y dejar a los niños en el colegio, Sky va hasta el hotel ya que Noah se fue muy temprano y necesita hablar con él.
—¿Podemos hablar? —Pregunta entrando al despacho.
—Sky, no quiero hablar.
—Pero yo sí.
—No tengo tiempo, tengo muchas cosas que hacer.
—Noah... —Comienza a hablar, pero se ve interrumpida cuando el teléfono de este comienza a sonar.
—Hola, Jenna... Sí... Está bien, voy para allá ahora mismo —Se levanta y comienza a ordenar todo.
—¿En serio, Noah? No tienes tiempo para hablar conmigo, pero sí para ir detrás de Jenna.
—¡Basta Sky! Estas siendo inmadura y celosa, deja de comportarte como una niña porque no lo eres —Le dice antes de salir y dar un portazo.
Sky se deja caer sobre un sillón al mismo tiempo en el que las lágrimas desciende por sus mejillas. Tal vez, Noah se está arrepintiendo de haberse comprometido con ella y por eso la está evitando. Tal vez, él crea que fue muy precipitado el pedirle matrimonio. Tal vez, lo mejor sea alejarse hasta que ordene sus ideas.
Noah sale del edificio y sube a su auto para manejar hasta la casa de Jenna.
—Bienvenido, señor Noah —Lo saluda una de las empleadas de Jenna.
—¿Dónde está Jenna?
—Aquí —Dice la rubia apareciendo por las escaleras. Lleva puesto un vestido rojo muy corto y sensual, o eso creería Noah antes ya que ahora sólo es capaz de desear a Sky, sólo tiene ojos para ella.
—¿Qué haces así vestida? Creí que no te sentías bien.
—Bueno, te tengo una pequeña sorpresa para agradecerte por todo lo que has hecho por mí. Sabía que si te decía, no aceptarías venir así que mentí un poco.
—Jenna, no es necesario que me agradezcas.
—Claro que sí —Ella lo toma de la mano y lo dirige hasta el comedor donde está la mesa repleta de comida.
—Jenna...
—Esta es mi forma de agradecerte, siéntate —Noah se sienta en silencio y ella a su lado. Él se siente extraño aunque no sabe porque, es primera vez que se siente así estando cerca de ella. —Mandé a que preparen tus platillos favoritos —Intenta agarrar su mano, pero él no se lo permite.
—No confundas las cosas —Le advierte.
—No estoy confundiendo nada, sé que al igual que yo, me deseas —Intenta besarlo, pero él se levanta y se aleja.
—Jenna, sigo comprometido con Sky.
—¿¡¿¿Qué?!? ¿¡¿Por qué no has roto el compromiso?!? —Eleva un poco la voz e intenta acercarse.
—¿Por qué lo haría?
—Porque te amo y debes estar conmigo.
—Jenna, yo no te amo.
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Tú mi destino.
Novela JuvenilTan diferentes como el día y la noche, tan distantes como el sol y la luna, tan perdidos como todos y a la misma vez, buscándose por cada paso. Así son ellos, Sky y Noah. El día y la noche, la luz y la claridad, la felicidad y la tristeza, el verano...