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— ...¿Thomas? — Dijo en cuanto vio al hombre salir del auto.
— ¡Nagisa! — Se acercó corriendo al chico y lo tomó de los hombros, revisando con la mirada que estuviera bien— ¿Estás bien? ¿Todo en orden?
— Si, todo está bien... ¿Qué ocurre? ¿Qué haces aquí?
— Y-Yo... Tenía que venir a verte, tenía que hacerlo, ¿De verdad todo está bien?
— Si — Nagisa comenzaba a sentirse preocupado, jamás había a Thomas de esa manera, parecía asustado— Thomas, ¿Estás bien? Me estás preocupando.
— ¿Yo? Claro, claro. Si tu estás bien, yo estoy bien.
— ¿No deberías estar en tu casa descansando?
— Nagisa, no estoy enfermo, creí que lo sabías.
— Claro que lo sabía, pero prefería creer que sí lo estabas en vez de andar de curioso. Ahora dime, ¿Qué ocurre? ¿Por qué estás aquí?
— ¿Por qué saliste cuando viste el auto? ¿Y si no era yo?
— Creí que eras Ryuu, él y su padre están viniendo en su auto a buscarme.
— ¿Para qué?
— No tengo por qué responder eso.
— No puedes ir con Gilbert y Ryuu, no ahora.
— ¿Por qué?
— ¡Solo...!— Thomas suspiró intentando calmarse. Lentamente comenzó a soltar los hombros del chico. Estaba actuando como un completo loco, y no era la idea, terminaría asustando a Nagisa. Pensó durante unos segundos qué hacer, hasta que una idea llegó a su mente — Bien, bien.... Esto es lo que haremos, me quedaré a esperar a Gilbert y a Ryuu, y luego iremos los cuatro su casa.
— ¿Por qué?
— Lo hablaremos luego. Todas las preguntas que tengas guardalas para después.
Nagisa se sentía confundido y preocupado. Quería saber qué tenía de esa manera a Thomas, quería hacerle miles de preguntas a aquel hombre, pero prefirió no hablar hasta que Ryuu llegara. Tal vez sería más fácil si Ryuu lo ayudaba en esto.
Gilbert no tardó en llegar con su auto. Nagisa no pudo evitar sobresaltarse en cuanto el hombre bajó y cerró la puerta del auto con fuerza. Gilbert se veía muy enojado.