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Habían sido días realmente caóticos la verdad, pero no me importaba. Ya nada me importaba... Al menos no más que el hecho de que James no había despertado en los últimos cuatro días. El pueblo estaba conmocionado. Preguntas. Sólo se escuchaban preguntas, a donde sea que fuera, haciéndome detestar la sola idea de tener que salir de mi casa. Deducciones sobre lo ocurrido, pero nada de lo que suponían era acertado, no estaba ni cerca de la verdad. Lo detestaba. Me ponía realmente furioso saber que jamás se le reconocería a James el esfuerzo que hizo, como si haber arriesgado su vida de esa manera fuera por nada... Aunque yo sabía que no era así, por supuesto que no fue por nada. James había hecho por el mundo mucho más de lo que el mundo había hecho por él, y lo había hecho sin esperar nada a cambio, sólo la seguridad de los que ama. Necesitaba cambiar las cosas. Necesitaba que lo supieran, que supieran todo lo que James hizo. Quizás cometí un error, uno muy grave, pero en momentos de crisis nunca fuí capaz de tomar las mejores decisiones, todo el mundo lo sabe. Ni siquiera pensaba con claridad.
Dos días atrás, todos los malditos medios de comunicación del pueblo hablaban de lo mismo. Los ruidos extraños provenientes del límite del pueblo, las desapariciones de personas que poco a poco los demás y yo encontrábamos y llevábamos a salvo a casa, los destellos de luz, los gritos. Un nombre. "James" había resonado una y otra vez por todo el pueblo esa noche. Estaba cansado de esa mierda, de que usaran cosas como los extraterrestres para explicar tal suceso. Tenían que saber la verdad, y yo se las iba a dar.
Dos días después de que James quedara en coma, toda la mierda que decían todo el tiempo en el pueblo bastó para que todo en mi explotara. Una estación de radio, escuchada sólo por los que vivían en el pueblo al parecer, hablaba del tema. "El maldito Gobierno tiene la culpa. Ellos siempre son culpables de todo. Este es sólo otro de sus planes para meternos miedo y que nos veamos obligados a refugiarnos en ellos como si fueran los malditos héroes", había dicho el hombre que hablaba por la radio. Si no mal recuerdo, su nombre era Jonathan. Lo escuchaba desde mi auto, me había aislado allí cuando mis hijos intentaron hacer un intento de que dejara de pensar en James un momento, porque me estaba matando por dentro. Entonces tomé mi teléfono y le marqué, porque era de la maldita familia Harris, sabía el número, nombre y vivienda de todos en el pueblo de memoria. Él atendió la llamada en plena transmisión, y yo lo sabía, pero ya se me había agotado la paciencia y quizás hasta la cordura.
"Soy Gilbert Harris, y creo que esto es una completa mierda" dije apenas atendió, y luego de eso simplemente no me detuve. "Todas sus malditas suposiciones están acabando con mi paciencia. Tienen preguntas, y yo respuestas. Todo lo que pasó aquella noche fue un suceso en el que varias personas estaban dispuestas a dar su vida por ustedes sin dudarlo. Personas que estaban dispuestas a morir incluso cuando ustedes no tenían idea de lo que estaban haciendo por ustedes, porque trabajamos duro para que no lo supieran. Para protegerlos. Incluso cuando ustedes tambien son el enemigo, lo dimos todo por ustedes, pero ya me canse de eso, me canse de ver que las personas que amo entregan todo por nada". Jonathan sólo respondió "No comprendo de lo qué estás hablando", y que no lo comprendiera solo hizo que me frustrara más, así que termine levantando la voz. "Digo que soy un maldito brujo. La magia existe los seres mágicos existen. Las bestias existen, y yo con otras personas les salvamos el culo de una de esas bestias hace dos días. La persona que más amo en el mundo casi muere por eso. Sólo quiero que eso se nos sea reconocido, en especial a él. Así que paren de una vez con su mierda, porque juro que con mi magia haré pagar a cualquiera que se atreve a decir alguna otra estupidez sobre lo que pasó esa noche, como que el gobierno fue culpable... ¿Quieren verdaderas respuestas? ¿Quieren pruebas? En dos días las tendrán, sólo vengan al centro del pueblo y se los demostraré". Apenas termine de decirlo, colgué. Tomó sólo una hora que todo aquello que dije se encontrara en todo los medios de comunicación del pueblo. Algo nuevo estaba en boca de todos.