Koga y Sango miraban a Kagome como si esta tuviese un gusano en la cara. Estaba estúpidamente feliz, sonriendo a diestra y siniestra. Estaban todos almorzando en la cafetería cuando Sango explotó:
― Kagome... ¿Qué sucede, si podemos saberlo? ¿Por qué tan feliz? ―Sango la miró inquisidora.
Kagome ni siquiera entendía porqué sentía tanta emoción por el hecho de que Inuyasha y Moroha se conocerían esa tarde. Estaba muy feliz, y aunque Moroha no sabría aún que él era su padre... era un buen principio para ambos.
A pesar de toda esta adrenalina y repentina felicidad, tenía un poco de temor para contarlo a sus amigos. ¿Era apresurado? Tal vez, pero en algún momento debía tratar de acercarlo a Moroha.
Porque esto solo se trataba de su hija... ¿verdad?
― Hablé con Inuyasha en la mañana, y de hecho le dije que le daría una oportunidad para que conociera a Moroha... ―ella susurró para sus amigos, quienes de repente parpadearon con asombro.
― ¡¿Qué?! ―Koga fue el primero en reaccionar, la miraba como si Kagome hubiera perdido totalmente la cordura― ¡Apenas lleva semana y media en este hospital y en tu vida y ya se lo vas a presentar a la niña!
― ¡Koga! ―Sango lo tomó del brazo y miró amenazante― Guarda la calma... ―y dirigió su mirada a su amiga―Pero... ¿No crees que es apresurado, Kagome?
Y ella se llevó las manos hasta su rostro, cubriéndolo ante la mirada atónita de sus compañeros.
― ¡Lo sé! ―ella admitió― Pero... simplemente sentí que debía empezar a acercarlo.
Koga respiró profundo y se cruzó de brazos, la muchacha castaña a su lado... miraba comprensivamente a Kagome.
― No será... ¿Qué lo que quieres es acercarlo a ti lo antes posible? ¿Estás segura de esto es por Moroha? ―mencionó amargamente el pelinegro.
La muchacha Higurashi lo miró fijamente a los ojos. Las pupilas de Koga, completamente encendidas por la rabia la veían casi con rabia.
― Esto no se trata de mí, Koga... Pero debía empezar a ver a la niña en algún momento ―ella justificó.
― Eso no lo tenías decidido hace unos días ―el gruñó levantándose de la mesa― Pero parece que tu razón se nubla al estar cerca de un idiota como ese.
― Te juro que no es eso, Koga yo-
― ¡Estuve a tu lado todo el tiempo! ―el exclamó lastimado― Pero me duele que le des tanto a alguien que no se lo merece, y no quiero estar para ver como te vuelve a romper el corazón y repite la historia... Se que eres buena Kagome, pero ese tipo no merece tu perdón.
Y dicho esto, se dirigió a la salida del comedor, dejando a las dos mujeres detrás de él con un semblante preocupado.
Sango volvió su mirada a Kagome, quién sintió que un cuchillo se calvaba en su pecho con la reacción de Koga, aunque lo veía venir. Él se había convertido en parte importante de su vida, y siempre tendría un lugar importante en su corazón...
Y con las palabras de él logró hacerse esa pregunta: ¿Verdaderamente esto lo hacía por Moroha?
Tenía sentimientos por Inuyasha que aún no terminaban de sanar, pero también estaba el rencor y el dolor que él le había causado. Su corazón no era lo suficientemente oscuro para dejarse opacar ante los sentimientos negativos, aunque estaba segura de que jamás podría mirarle de la misma forma... no deseaba negarle la oportunidad de conocer a Moroha.
― Sango... el prometió que no se iría de la vida de Moroha ―ella empezó a contar― Y ella realmente quiere conocerlo. Siempre deseó tener una familia.
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Futari No Kimochi
FanfictionKagome e Inuyasha eran los mejores amigos desde la infancia, cuando iniciaron una relación algo íntima en la secundaria no fue de extrañar. Pero cuando Kagome queda embarazada, él huye al lado de la hermana de su amiga: Kikyo. Han pasado los años...