stories ⭑ satoru gojo

cinco. ¿ahora quién lo es?

Segunda parte del one shot "débil"

Ambos se quedaron callados, haciendo así que la habitación se volviera silenciosa, Satoru podía escuchar a la perfección los sollozos de su pareja, la cual trata de mantener las lágrimas.

—Vete...—habló ella con firmeza.

Estaba tratando de mantener la compostura, pues ya no quería que él la viera así. Quería estar sola, no quería verlo en lo más absoluto.

Ella sabía que estaría mucho mejor si él no está. Incluso si eso implicaba sacarlo de la casa con sus pocas fuerzas.

—¿Estás segura de esto?

—Más que segura, quiero que te vayas de aquí.—respondió limpiando sus ojos.—¿Dime Satoru? ¿Crees que soy tan débil como para no cuidarme sola en mi propia casa?

Satoru se quedó completamente callado, vaya que era un completo patán, lo había arruinado completamente y ahora se arrepentía de sus propias palabras, era consiente que no podía justificar sus acciones y sus palabras. Era consiente que no podía regresar el tiempo hacia atrás y cambiar los hechos, lastimosamente no vivía en un cuento de hadas en donde todo era posible.

—Sí necesitas algo llámame.—comentó acercándose un poco a ella.

Quería abrazarle y decirle una y otra vez que lo sentía, pero a ver como ella retrocedía hacia atrás se detuvo.

Le dolió, pero no era un dolor tan fuerte como el que ella sentía.

—Por favor, ya vete quiero estar sola. Ya hiciste mucho por hoy.

—Descansa...—respondió soltando un pesado suspiro.

[...]

Podía sentir como sus huesos se congelaban por el enorme frío que sentía, sentía como su piel se erizaba y como varios escalofríos recorrían su cuerpo. Ahí se encontraba ella enrollada sobre aquellas cobijas mientras trataba de conseguir un poco de calor, pero le era completamente difícil pues no podía moverse mucho por sus heridas.

Pero a pesar de ello, estaba tan acostumbrada al calor que Satoru solía darle en las noches heladas, extrañaba la calidez que le daba él con el simplemente hecho de estar ahí. Extrañaba el estar en los brazos de él mientras dormían plácidamente.

Pero él no estaba ahí para ella, ahora él no estaba a su lado.

Lo quería a su lado, pero lo odiaba, pero lo amaba tanto que sentía que podía perdonarle todo. ¿Eso en qué la convertía? ¿En una idiota o una débil?.

—No deberías estar durmiendo.

Sintió como el corazón se le detuvo por un momento, fue imposible para ella no evitar soltar un chillido pues no esperaba escuchar la voz de él ahí.

—¿Qué haces aquí? Te dije que no quería que estuvieras aquí. Así que vete.

Satoru no respondió, ignorando completamente las palabras de la fémina se acercó a ella, dejando a un lado una bolsa con varios dulces dentro de ella. Una vez cercas llevó su mano al rostro de ella acariciando su mejilla y cabello, pero ella simplemente se alejó.

Había estado llorando, pues podía ver perfectamente como los ojos de ella se encontraba hinchados.

—Satoru.

—Escucha, sé que te dije cosas muy hirientes y la verdad tienes todo derecho de odiarme con todo tu ser.—habló.—Pero prometí quedarme a tu lado no importa que tan difícil sea el problema, prometí estar a tu lado siempre y no romperé esa promesa. Te lastimé, sí, te hice llorar, sí, pero por nada en el mundo te dejaré sola.

No respondió, simplemente se movió un poco de la cama dándole un espacio al de cabellos blancos. Satoru se sentó quedando completamente a su lado.

—Creo que soy demasiado débil cuando se trata de alejarme de ti.—volvió hablar mientras observaba el techo.—No puedo con la idea de dejarte sola.

—¿Ahora quién es el débil? ¿Tú o yo? O simplemente somos patéticos.

—Ambos lo somos, pero nos tenemos mutuamente y eso nos hace fuertes.

—Satoru.

Hablo ella en un susurro, él simplemente respondió con un "¿uhm?"; mientras dirigía su rostro hacia donde se encontraba el de ella, la cual lo observaba con algo de tristeza en sus ojos.

—Promete que esto no se repetirá. Promete que no lo harás de nuevo, por favor.

Satoru sonrió, rodeando con sus brazos el cuerpo de ella para así poder abrazarla, trató de ser cuidadoso de no lastimarle o algo por el estilo mientras a la vez dejaba varios besos en la cabeza en ella.

—Te lo prometo.

—Júralo por el meñique.—hablo ella doblando todos sus dedos de su mano a excepción del meñique.

—Por el meñique.—respondió imitando la acción de ella.

Haciendo así que sus meñiques se abrazaran entre ellos.

que tóxica me salió esta parejita(?