stories ⭑ satoru gojo

veinticinco. convivio nocturno

Pocas veces se había preocupado por la vida de los demás, lo único importante era él.

Pero su vida dio un giro de noventa grados en el momento que la vio, el aseguraba que su vida no sería mejor después de haber conocido a (N) sin embargo terminó tragándose sus palabras, ahora no solo la mujer que amaba era el motivo de su felicidad. Si no también aquella hermosa y preciosa niña que era una clara copia de Satoru y ese adolescente que fue un pequeño niño hace años, que crió y cuidado con tanto amor.

Era de madrugada, no había dormido en lo absoluto, estaba tan concentrado y cautivado por aquella pequeña bolita de carne que dormía tranquilamente en sus brazos. Satoru sonrió torpemente mientras sus ojos se cristalizaban ligeramente.

Soltó una risita mientras sentía como ella colocaba su pequeña y frágil mano en su mejilla, sintiendo el calor y el peculiar olor de un bebé.

—Satoru.— habló ella en un susurro mientras se acercaba a él.

(N) estaba soñolienta, su cabello despeinado y su rostro lleno de cansancio y sueño, mantenía una expresión relajada pero a su vez con un pequeño toque de preocupación.

Había despertado y a ver que se encontraba sola en la habitación le fue imposible no preocuparse, pero a ver a Satoru en la habitación de su hija la hizo sonreír ligeramente.

—Vamos Satoru, vayamos a la cama..— susurró llamando la atención de él mientras le dedicaba una sonrisa.

—No puedo dormir sabiendo que hay un pequeño y frágil ser humano en esta casa que necesita que lo cuide. — susurró con esa sonrisa en labios.

Le fue imposible para ella no sonreír ante las palabras de su amado.

—Está pequeña tiene a un padre muy sobre protector.— respondió con burla mientras soltaba un ligero suspiro.

Satoru asintió mientras se sentaba en el sillón que se encontraba en la esquina de la habitación de la bebé. En sus brazos aún se encontraba la pequeña Nami quien dormía tranquilamente, pero este soltó una risita cuando la vio hacer una pequeña sonrisa mientras dormía.

—Creo que a Nami le gusta que esté con ella. — respondió con burla mientras apreciaba los bellos gestos que hacía la bebé.

Ambos se quedaron en silencio mientras la miraban, era una niña hermosa, definitivamente era el ser más bello sobre la tierra ante los ojos de los adultos. Satoru observo a su esposa.

—Veo que no planeas dormir. Prepararé café.— susurró ella mientras le dedicaba una tierna  sonrisa.

Satoru la observo, hizo una pequeña sonrisa y se puso de pie en el momento que ella salió de la habitación, en sus brazos aún se encontraba su pequeña hija. Los tres caminaron hacia la cocina con sumo cuidado, después de todo no eran sólo ellos los que estaba en esa casa.

Si no también un adolescente de cabellos negros que dormía en la habitación de a lado de Nami.

—Oh, son las cinco y media de la mañana..— habló (N) mirando el reloj. —Megumi debe estar despierto ya, le prepararé el lonche para el colegio.

Satoru sonrió ligeramente, colocó a Nami en el moises rosa que se encontraba en la mesa del comedor.  Una vez hecho se acercó a ella dándole un tierno beso en la mejilla a (N).

—Tu eres una excelente mamá, que ama con todo su ser a sus hijos.

—Y tu un excelente papá, que ama y protege a sus hijos sin importar que y daría su vida por ellos.

Ambos se miraron con amor, sus mejillas rojas y la forma dulce en cómo Satoru jugaba con el cabello de ella, mientras ella disfrutaba de los mimos y la dulzura de él.

—Buenos días..— susurró Fushiguro entrando a la cocina mientras aun usaba su pijama. Sin embargo este sonrió a ver a Nami en la cocina.

Se acercó a ella dándole un beso en la frente como todos los días, era como una rutina, el mayor despertaba y le daba su beso de buenos días a su pequeña hermana.

—Buenos días cariño, haré panqueques para que desayunes antes del colegio. ¿Qué quieres llevar de lonche?. — preguntó (N) mientras lo miraba.

—No te preocupes mamá. Hoy no tengo colegio.

Desde que el era un niño, (N) se ganó la confianza y el cariño de él, tanto así que Fushiguro solía llamarle mamá.

Satoru soltó una sonrisa mientras lo miraba, aún así frunció ligeramente el ceño.

—¿Entonces que haces despertó? Vete a dormir. — hablo Satoru mientras lo miraba con confusión, y su ceja ligeramente alzada.

—Solo desperté para darle su beso de buenos días a Nami.— respondió sin más.

Satoru miro a (N) quien sonrió ligeramente y asistió. Observaron como Fushiguro salió de la cocina dejando solo a la pareja y a la pequeña bebé.

Nunca en su vida se imagino esto, al inicio solo se preocupaba por si mismo. Pero ahora se preocupaba por tres personas que amaba y quería tanto.

Nunca pensó que tendría una casa con la mujer que ama, nunca se imagino que ambos criarían y cuidarían de un niño que ahora era un adolescente, nunca se imagino que tendría una hermosa bebé que tenía dos meses de recién nacida.

Satoru tomó a (N) de la cintura acercándola a él, ella por su parte se sonrojo con fuerza a ver la cercanía de manos. Satoru sonrio con cariño y amor.

—Gracias por hacerme tan feliz.— susurró él besando su mejilla con cariño.

—Gracias por ser la luz de mi vida Satoru.

Sin pedos estos último one shots serían capítulos de algún fanfic de Satoru que yo escribiría, donde Satoru vive feliz con su esposa, y sus dos hijos Fushiguro y Nami.