E̷l̷ ̷n̷i̷ñ̷o̷ ̷d̷e̷ ̷l̷o̷s̷ ̷o̷j̷o̷s̷ ̷t̷r̷i̷s̷t̷e̷s̷

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El Joven Shieda estaba en la biblioteca tomando las clases privadas de siempre, aburrido y hablando con palabras que no entiende ni le interesa entender.

Hasta que vio por la ventana a la madre de Aphelios y Aphelios hablando en el jardín de estatuas.

Kayn aprovecho que su profesora estaba de espaldas e intentó entender la platica.

Solo veía a un Aphelios triste, con una mirada baja de arrepentimiento y una madre furiosa gritando y señalando el carruaje.

Kayn se sentía impotente, al no estar ahí e intentar calmar a la madre pero sin aviso, vio cómo de manera agresiva lo cacheteo.

Aphelios tocaba su mejilla la cual estaba toda roja y a pesar de que su cabello tapaba su rostro, Shieda logró ver como empezó a llorar.

Pasaron las horas, las clases de Kayn terminaron, terminó su tarea, limpio su alcoba y entre todas esas actividades no encontró a Aphelios hasta que lo vio en su habitación en la tarde en el escritorio escribiendo.

- ¡Aphelios! - exclamó Kayn para cerrar la puerta y dirigirse hacia él.

Aphelios tapaba una buena parte de su rostro con su cabello y fingía una falsa sensación de tranquilidad, cuando en realidad le dolía el rostro y le ardía por debajo de los ojos por llorar tanto.

Kayn quito el cabello del rostro de Aphelios, solo para ver una gran marca roja plasmada en su pálida piel pero rápidamente Phel se quito la mano de Kayn del rostro y se lo volvió a tapar.

- Phel, no te puedes quedar así.. - el muchacho intentó levantar a su novio de la silla pero este no quería levantarse, pues tenía que terminar sus deberes de matemáticas y álgebra.

- Yo las haré por ti.. Pero por favor.. No te puedo dejar así.

Aphelios finalmente Suspiro en derrota y se levantó para sentarse en la cama de Kayn en silencio y rápidamente Kayn se sentó y escribió las ecuaciones de manera veloz.

Terminó en menos de lo que canta un gallo y se levantó de la mesa para después sacar una pomada en el cajón de la mesita de noche.

Kayn tomó un pasador de su tocador y se lo puso en el cabello a Aphelios para verle el rostro, Shieda con cuidado aplicó la crema en el golpe y después lo recostó en la cama.

Kayn se sentó en el borde del otro lado viendo la puerta de la habitación hasta que a sus espaldas escucho el llanto de Aphelios. - Oh Phel.. ¿Que sucedió?.. - Kayn se recostó a lado de Aphelios Abrazando su espalda e intentando calmarlo.

Aphelios intentaba hablar pero sus ganas de llorar no lo dejaban, como si un niño se hubiera perdido e intentaba hablar con él policía.

- Yo.. A pesar de que llegue tarde a la mansión, olvidé que después de la cena tengo que hacer las tareas pero esa noche las olvide y mi madre leyó mi libreta.. - suspiró, como si se empezará a calmar.

- ¿¡Solo eso?! - exclamó Kayn levantándose enojado de la cama, Aphelios rápidamente Volteo a verlo pensando que le estaba gritando a el.

- Se que es algo tonto.. Lo lamento. - Phel sintió las manos de Kayn en sus hombros y después vio a Kayn como un caballero de plata dispuesto a protegerlo.

𝑵𝒖𝒆𝒔𝒕𝒓𝒂 𝒋𝒂𝒖𝒍𝒂 𝒅𝒆 𝒐𝒓𝒐 {ƙąყŋ ҳ ą℘ɧɛƖıơʂ} ˢᵉᵍᵘⁿᵈᵃ ᵀᵉᵐᵖᵒʳᵃᵈᵃDonde viven las historias. Descúbrelo ahora