Bienvenido Al Palacio

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Era una noche en el palacio silenciosa y calmada, las familias de los dos jóvenes estaban celebrando la llegada del hermano mayor de Kayn: Rhaast.

Quién contaba las anécdotas heroicas que había pasado, mientras que Kayn sólo se veía muy nervioso pues no sabía que Rhaast llegaría un mes antes

Todos estaban a clamando al hermano mayor que recién llegaba mientras que Aphelios estaba en su cuarto en el que se estaba hospedando, pues no tenía derecho ni permiso a estar en la cena real con una familia ajena..

Kayn miró las escaleras de reojo sentado desde una silla cerca de su hermano, sin embargo; éste siempre usa una táctica sencilla pero inquebrantable para salir de las aburridas cenas.

- Tengo que ir al baño. - dijo en voz alta y todo se quedó en un silencio incomodo y de enojo. - ¿Enserio tienes que ir? - preguntó su tutor Zed avergonzado por la conducta de él menor. -

- ¡Oh porfavor! Todo lo que salga de mi no será nada bueno y el conserje escribirá su renuncia. - se cruzó de brazos y subió sus pies a la mesa y se cruzó de brazos. -

Los más pequeños de la familia empezaron a reír a carcajadas, la familia de Lunaris estaba indignada y los tutores de Kayn apenados.

- Que asco.. Ve al baño. - exclamó Zed y Kayn se levantó de la mesa para subir las escaleras de mármol con rapidez.

Al pasar por los pasillos y burlas a las mucamas y guardias llegó a su habitación en donde se supone, esta Aphelios haciendo sepa dios.

Kayn abrió la puerta lentamente y vio a Aphelios sentado en frente de una mesa escribiendo ecuaciones de álgebra complicadas en un cuaderno blanco a oscuras y con un pequeño farol a lado que iluminaba las hojas y un poco de su rostro.

El mayor toco la pared de la habitación para llamar su atención, Aphelios Volteo lentamente y vio a Kayn en la puerta.

- Todavía no termina la cena.. ¿Que haces aquí? - preguntó Aphelios dejando de lado sus estudios para mirar a su amigo.

- Me hacías falta en la cena. - dijo Kayn con una pequeña sonrisa y rodeando los ojos. - No me aburro cuando estas ahí.

Aphelios soltó una risa pequeña y después miró a su compañero. - Que pena.. Pero por desgracia tengo prohibido bajar a las reuniones familiares ahora.

- ¿¡Que?! ¿¡Por qué?! - exclamó Kayn acercándose al menor.

- Desde que dije lo que dije en la boda, me decían que podía arruinar la expectativa de tu familia, así que.. Si.. Fue un poco tonto.

- Fue inteligente.

Ambos se quedaron en silencio y de la nada empezó una fuerte lluvia, Aphelios tuvo que cerrar las puertas de terraza y en el momento que se volteo Kayn lo tenía acorralado contra la puerta.

Y ahí estaban de nuevo ambos muchachos quienes habían encontrado sentimientos encontrados pero sin decirlo por completo, sabían que había algo pero eran muy jóvenes para expresarlo.

- Phel.. Yo.. - dijo detenidamente Kayn mientras pasaba su mano por su mejilla y Aphelios solo veía con sorpresa.

Se escuchaba la lluvia y las gotas golpear la puerta a sus espaldas, Aphelios podía moverse pero se preguntó qué pasaría si no movía ni sus párpados.

𝑵𝒖𝒆𝒔𝒕𝒓𝒂 𝒋𝒂𝒖𝒍𝒂 𝒅𝒆 𝒐𝒓𝒐 {ƙąყŋ ҳ ą℘ɧɛƖıơʂ} ˢᵉᵍᵘⁿᵈᵃ ᵀᵉᵐᵖᵒʳᵃᵈᵃDonde viven las historias. Descúbrelo ahora