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Kayn corrió con todas sus fuerzas al palacio, en donde se planeaba la ejecución de Aphelios al medio día.

Por más que caía al suelo, raspando las palmas de sus manos, rompiendo su ropa, ensuciando su traje y dejando la armadura atrás.

Hasta que después de un largo camino llegó, estaba el vestido que Portaba Aphelios en la entrada de él castillo, toda la gente rodeaba la puerta sin subir las escaleras mientras que Kayn empujaba a todos.

Kayn logró entrar, pero sólo vio como Rhaast tomaba a Aphelios de la muñeca de manera brusca, Aphelios está vez Portaba un traje andrajoso de color blanco, estaba descalzo y sus manos llenas de moretones.

- ¡Suelta a Aphelios ahora! - Gritaba Kayn de manera agresiva.

- Oh, eres tu hermano.. Llegaste temprano.. Bueno; al menos puedes ver a tu querido duque por última vez.

Rhaast arrastró a Aphelios hasta el calabozo en la parte de abajo, mientras que el menor intentaba para su caminar, aunque eso fue en vano.

Y Apesar de que Kayn intentó parar a su hermano, los guardias intervinieron cubriendo la puerta.

Aphelios estaba aterrado, pero no por su vida, si no porque no sabría lo que le harían a Kayn, puede que después de el también le corten la cabeza.

Al llegar a una de las jaulas, el hombre de rojo lo lanzó al cuarto frío y con cadenas en el suelo de manera brusca y cerrando la reja.

Aphelios asomo su cara a través de la reja para ver a Rhaast, quien también se inclino para ver a Aphelios.

- Debiste pensar mejor en enamorarte de Kayn.. No.. Tu mayor error fue que conocer a Kayn..

Rhaast acaricio la mejilla de Aphelios y posó uno de sus dedos en los labios del menor, pero no contó que Aphelios lanzaría una mordida a su dedo con agresividad haciendo que soltara sangre y un grito de dolor.

- Miserable.. - después de levantarse rápido por la mordida, Pateo el rostro del chico que estaba en la Jaula y se largo del lugar dejando al chico en soledad.

El rostro de Aphelios estaba sucio, con sangre que goteaba de su nariz y boca, tenía rasguños y moretones junto con una sensación de frío.

El chico se sentó en el colchón húmedo y sucio que estaba en el piso y miró la única ventana y única luz.

Ya había perdido lo que le quedaba; la esperanza de sobrevivir a una traición es imposible y se culpaba por ello en su mente, dándose cuenta que sólo era alguien más en la prisión.

Después de un rato, los guardias lo dejaron pasar, pues no podía hacer la gran cosa, más que despedirse.

Kayn bajó los escalones con rapidez y correr por el pasillo para encontrar la Jaula de Aphelios.

Kayn de reojo vio al chico, que parecía que no tenía vida ni esperanza, viendo la ventana y dándole la espalda a la reja.

- ¡Aphelios! ¿¡Estas bien!? - Kayn intentaba abrir la Jaula sin embargo, Aphelios posó sus manos en las de Kayn para que dejara de mover los barrotes.

- Kayn.. Todo este tiempo juntos no lo cambiaría por nada.. Y lamento arruinar tu vida de esta manera..

Aphelios sonreía a medias con sus cejas arqueadas y lágrimas que apenas salían.

- No, no, no Phel no digas eso.. Yo.. Yo encontrare la manera de sacarte eh irnos de aquí, ¡tomaré tu lugar!

Aphelios posó su frente en uno de los barrotes y río ligeramente mientras tomaba con fuerza las manos de su querido chico.

š‘µš’–š’†š’”š’•š’“š’‚ š’‹š’‚š’–š’š’‚ š’…š’† š’š’“š’ {ʙąįƒ§Å‹ Ņ³ ąā„˜É§É›Ę–ıʔŹ‚} Ė¢įµ‰įµįµ˜āæįµˆįµƒ įµ€įµ‰įµįµ–įµ’Ź³įµƒįµˆįµƒDonde viven las historias. DescĆŗbrelo ahora