Capítulo 25 - FINAL

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Hablaban sobre el hogar de Wonwoo, cuando Mingyu regresó un poco más tarde. Se le veía diferente, pensó Taehyung, aunque era un cambio que no podía definir.

–Jungkook se encontraba de buen humor –informó el recién llegado, pero lo dijo de forma distraída, como si sus pensamientos estuvieran en otra parte.

Wonwoo probablemente había acertado al definir a Mingyu. Ahora que había ganado, comenzaba a perder interés por Jungkook. Supuso Tae que debía alegrarse de que él recibiera un poco de su propia medicina, pero no fue así.

Llovió durante la noche, cesando al amanecer. El cielo permaneció nublado por un par de horas, con truenos retumbando en la distancia, pero luego se despejó como por arte de magia. Cuando Nam vino por ellos, el barro comenzaba ya a endurecerse bajo el calor del sol. Taehyung no miró hacia atrás mientras el coche se alejaba de la casa en la que había vivido durante el último mes. Pertenecía a una parte de su vida que se proponía olvidar para siempre si podía.

El helicóptero se encontraba listo sobre el campo de aterrizaje, junto a la entrada principal. El corazón de Tae dio un salto al reconocer al piloto. Éste lo miró con curiosidad mientras lo ayudaba a subir al asiento junto al suyo, pero para su tranquilidad, no hizo ningún comentario acerca del encuentro anterior.

Nam y los otros subieron también, acomodándose en los asientos traseros. Pronto se elevaron, avanzando sobre los edificios hasta dejarlo todo atrás.

Park Jihoon habló por fin:

–No esperaba tenerlo como pasajero hoy –dijo a Tae en voz baja.– ¿Piensa regresar?

–No –respondió, consciente de que Mingyu escuchaba desde atrás.

–No me parecía el tipo de persona que abandona a los que han caído –dijo el piloto de repente.– Después de lo que ha ocurrido, a Jungkook, pensé que querría quedarse junto a él.

–Sólo tiene un brazo roto –respondió a la defensiva.

–¿Cómo? –su voz sonó sorprendida.– Eso no fue lo que me dijeron a mí. Uno de los hombres con quien estuve hablando me dijo que está bastante mal. El ayudante del doctor dice que incluso es posible que tengan que amputar.

Taehyung permaneció inmóvil, con el corazón golpeando violentamente dentro de su pecho.

–Debe haberse equivocado.

–Quizá, pero parecía muy seguro de lo que decía.

Algo le hizo a Tae mirar hacia atrás hasta encontrar la mirada de Mingyu. El otro chico devolvió la mirada sin pestañear, pero no pudo ocultar la expresión que apareció en su cara.

–Tú lo sabías, ¿no es así? –dijo Tae con suavidad.– Por eso estabas tan pensativo cuando regresaste anoche. Él te dijo la verdad.

–Él no me dijo nada. Fue el doctor Selby –la voz de Mingyu sonaba despreocupada.– Si quieres saber la verdad, no llegué a ver a Jungkook. En realidad, no tenía objeto. No tengo la intención de atarme a un lisiado.

La crueldad de sus palabras no impresionó a Tae. Fue su significado lo que lo alteró.

–¡Jungkook nunca será un lisiado! –gritó.– ¡No importa lo que ocurra, nunca lo será! –miró de nuevo hacia delante, negándose a pensar en lo que iba a hacer, pero sabiendo que tenía que hacerlo.– Jihoon, por favor lléveme de regreso a la mina. Es muy importante.

Aún antes de que acabara de hablar, ya el helicóptero había cambiado de rumbo, dirigiéndose a la mina.

–Esto va a desajustar todo el itinerario –dijo sonriendo– ¡pero que más da! Lo justificaré como una demora por reparaciones.

Corazón de piedra • kvDonde viven las historias. Descúbrelo ahora