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No le gustaba para nada el ambiente de los hospitales, desde que era pequeño tenia ese sentimiento y podría decirse que esta justificado por aquel lugar donde se salvan vidas.. como también se pierden. Escuchar los llantos de personas por perder a un ser querido, las quejas de dolor de algunos pacientes, o topándose con cualquier tipo de persona con alguna herida o enfermedad especial.
No es que tenga asco de esas personas o algo así, es mas si por el fuera las ayudaría a todas, pero si le daba tristeza pues no podía evitar sentir empatía por ellas. Lo irónico es, que su madre termino trabajando de pediatra en este lugar.
El cambio de pasillos de colores blancos a rosas y azules le hizo saber que se encontraba en la parte de los niños, los dibujos de conejos, duendes, hadas y algún que otro animal le daban un toque infantil que disimulaba muy bien lo que en realidad era un hospital. Se detuvo frente a una puerta blanca, adornada con algunas pegatinas infantiles y, resaltando de todo, un pequeño cartel con el dibujo de un oso panda con el nombre "Dra Cunningham" escrito en cursiva.
Abrió un poco la puerta viendo a su madre, con sus brazos apoyados en su escritorio, observando con ojos cansados por la ventana, era entendible pues sus horarios eran muy pesados, desde trabajar toda la noche a todo el día, a veces variaban, pero aun así, siempre había una sonrisa adornando su rostro como muestra de que le apasionaba su trabajo.
Randy: Hola guapa. ---saludo con una sonrisa abriendo por completo la puerta.
Miranda: Hola guapo, ¿Qué te trae al hospital?. ---pregunto siguiendo su juego, hasta que noto como le dejo una bolsa con papeles sobre el escritorio--- ¿Qué es esto?.
Randy: ¿No lo sabes?, Mamá dijo que era algo importante para ti.
Miranda: ¿Acaso son..
La pregunta quedo en aire cuando sin perder tiempo su madre abrió aquella bolsa y comenzó a revisar los papeles, sus ojos parecían brillar tras cada hoja que leía, con una sonrisa plasmada en sus labios abrazado aquellos papeles contra su pecho. Emocionada, se puso de pie en su lugar y lo abrazo.
Aun no entendía porque la repentina actitud de su madre, pero no se quejaba, si podía verla así de feliz entonces no había nada de que preocuparse. Aunque tenia curiosidad por saber de que trataban aquellos papeles, pues si eran capaces de poner así a su madre entonces eran importantes, lamentablemente eso quedo como duda pues a pesar de insistir Miranda le negó por completo aquella información.
Miranda: Hijo, cambiando de tema. ¿Te ocurre algo?, apenas entraste a mi consultorio pude notar que estas mas.. apagado, ¿algo te molesta?.
Y ahí estaba, no estaba sorprendido de que su madre se percatara de eso, mas bien las sorpresa seria si no lo descubriera, es su madre después de todo, la persona que lo cuido desde niño y que conocía cada cosa de el. Simplemente asintió, moviendo la cabeza con lentitud y sin mirarla a los ojos, no tenia caso mentir en esta situación.
