𝗝𝗮𝗿𝗱𝗶́𝗻 𝗱𝗲 𝗿𝗼𝘀𝗮𝘀 |𝗙𝗲𝗹𝗶𝗚𝗲𝘁𝘁𝗲|

𝐏𝐑𝐎𝐋𝐎𝐆𝐎

ーEsta es nuestra importante tarea como sucesión real. Cumplir la promesa del difunto rey que mantuvo con su mejor amigo. No importa a quien se le haya prometido pero el príncipe heredero a pesar de ser algo testarudo será desposado como determina nuestra tradición con esta joven a la cual se le prometió.

Hablo la mujer de edad privilegiada, arrastrando sus palabras cuidadosamente. Su voz sonaba segura y disciplinada dentro de la gran sala real, cubierta por jarrones de porcelana, con suaves y blancos tapices y paredes macizas cubiertos por antiguos cuadros.

Cerca de ella se encontraba la pareja real.

Inglaterra, este es el Reino XV. 

El actual rey y su majestad, Gabriel Agreste, tomó la posición de su hermano, su alteza Harry Agreste, quien murió en un accidente cuando era el príncipe heredero, su hijo, el príncipe Adrien Agreste perdió la sucesión del trono. 

El actual heredero es el hijo de su majestad, su alteza real Felix Agreste quien poseía un corazón orgulloso y frío, que a pesar de ser un chico muy guapo, su mal genio abundaba sobre su rostro y estaba sujeto a muchas reglas que no le permitieron moverse libremente.

Entre el evidente silencio del lugar, habló Gabriel.

ー¿Donde estará ahora?ーInterroga con curiosidad.

Las manos de Emilie acariciaron con suavidad las manos de su marido para mostrarle apoyo y optimismo hacia la tensa situación.ーLa encontraremos...

Tapices blancos, objetos de plata, paredes macizas, mesas hechas de brillante cristal, tazas de porcelana, un palacio maestral.

Los tres tomaron una decisión, el príncipe se casaría de acuerdo el deseo del difunto rey y sería con quien sea sin excepciones. Pero el príncipe heredero Felix Agreste se interpondría a toda costa, su corazón frío entre barrotes de espinas no dejaría que nadie profanara lo que hasta ahora el parece creer dominar, además que su corazón aceptaba a otra persona que en secreto aun no era revelada.

ーConfiaremos de que las cosas prosperen con el paso del tiempo.ーHabló la señora mayor.

ーPero hablando del príncipe, ¿Dónde está?

ー¡Bridgette y Marinette solo les quedan 15 minutos!

Grito la pequeña mujer de rasgos asiáticos, quien preparaba el delicioso desayuno con su marido mientras veía a sus adorables aunque torpes hija y sobrina correr de un lado a otro, en tropiezo a tropiezo, con cuadernos y lápices en el suelo y hojas por doquier.

ー¡Ya voy!ーRespondió Bridgette, la joven de chispeantes ojos azules quien había heredado los mismos rasgos asiáticos al igual que su prima menor. Su brillante pelo azabache largo quedaba en dos coletas, su piel de porcelana y sus labios rosados naturales llamaban mucho la atención pero a pesar de ser una chica agradable y sencilla, aparentaba una actitud muy hiperactiva.