ノ𝟭 𝟴

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𝘝𝘢𝘭𝘦𝘯𝘵𝘪𝘯𝘢 𝘝𝘢𝘭𝘥𝘦́𝘴.

— ¿segura que no quieres ir, Vale?

— si, voy a ir a un lago con mis amigos y ya me comprometí con el auto —sonreí achinando los ojos.

— ya cualquier cosa llamaí nomas —dijo el Gustavo a lo que me reí.

mi mamá de la nada se le ocurrió ir a Pucon y la verdad lo odiaba, a que si preferí hablar con unos amigos míos y que fuéramos a un lago que estaba cerca.

el Ray, primo de la Nadia y amigo mío se ofreció a manejar, yo le pedí el auto a mi mamá para que fuéramos mas cómodos, porque según el su auto era muy chico y el de mi mamá tiene tres corridas de asientos por ende entramos mejor ya que somos cinco.

el Ray, la Nadia, el Diego, la Maite y yo.

con respecto a la Maite no sabría que decir, si bien ya no le tenia tanta mala como a principio de año de cierto modo igual me agobiaba su presencia, pero tampoco le iba a quitar la ilusión al Diego de que me lleve bien con ella.

y si hablamos del Gustavo podía decir que era una buena persona, era super atento y cariñoso con mi mami que a veces me daban envidia de la buena, además tengo que admitir que me ha ayudado mucho si se trata de pedir permiso para salir con el Diego.

— chao mami y chao futuro esposo de mi mami —se despidió la Nadia de mi mamá y el Gustavo. Ella amaba mucho a mi mamá y ella a la Nadia a que si prácticamente mi mamá la trataba como su propia hija y viceversa.

— adiós camaradas —me despedí y hice un gesto de militar.

— chao mis princesas, pórtense bien y recuerden no apartarse del grupo —nos dio un beso en la frente a cada una y se subió al auto.

— chao pendejas —se despidió el Gustavo y mi mamá le dio un wate.

me agrado tanto que le di un Cheeto una vez.

prendió el auto y vimos como el auto se hacia mas pequeño a medida que avanzaban, doblaron en la esquina y desapareció.

— ¿Cómo vamos a ir a buscar al Ray a su casa si yo tengo diecisiete y tu dieciséis? —pregunte al instante en que no los vimos y caí en la cuenta de que somos menores de edad.

— tu tení licencia weona —se excuso apuntándome.

— ya po' pero tengo que ir con un adulto al lado —le recordé, ya entendí porque nunca la dejaban con un auto sola.

— ¿y?... tampoco es tan lejos y no creo que tengamos tanta mala cuea que justo nos paren a nosotras —tiene razón.

— ya vamos, echa lo que falta y yo voy a ir a despedirme del Mateo —dije abriendo el auto de mi mamá.

el Mateo no quiso ir, por mas que el Diego le insistio se nego. ¿Porque? no tenia idea, pero si asi no tenia a mi hermano encima cada vez que me daba un beso con el Diego, lo preferia mil veces.

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Ape CuliaoDonde viven las historias. Descúbrelo ahora