era nuestro tercer dia aca y la verdad la estaba pasando demasiado bien si no fuera por lo que me dijo el Clemente.
— ¿que pensaí tanto guagua? —preguntó el Diego, me abrazo por la espalda quedando su pecho en mi espalda y me dejo en la cama— tengo tuto y tu erí muy calentita para dormir, duerme conmigo por favor.
me dijo wawaaaaaaaaaa.
empece a hacerle cariño en sus rulos para que pudiera quedarse dormido, sin bien no queria pensar en eso las palabras del Clemente se repetian como eco en mi cabeza.
Vi como relajo su rostro mostrando que se quedo profundamente dormido, intente separarme de sus brazos, pero conseguí que me apretara más contra el.
Cómo si de un niño abrazándo a su peluche se tratase.
con respecto al Diego. La verdad nose en que parada estabamos, parecia que eramos pololos de años pero cuando alguien preguntaba deciamos que eramos amigos. Con ventaja pareciera.
cada vez que podia me daba besos, dormiamos abrazados y en la noche pasaban cositas de grandes. Pero mas alla de eso, no lo habiamos hablado.
Sin querer me termine durmiendo abrazada al que era mi amor imposible hace un par de meses atrás.
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— Vale.
senti como mi cuerpo perdia el calor del Diego.
— ¿que?
— despierta bonita —era el apecito— bebota. —me quito la frazada y me hice bolita.
¿bebota?
— no quiero —refunfuñe tapando mi cara, escuche su risa y como se acomodaba a mi lado nuevamente.
— lo que ordene la bebota —sonreí inconscientemente con sus palabras.
de donde sacara esos apodos hermano, yo con cuea le puse nombre a mi gata y se lo puse mal mas encima.
tomando en cuenta que me desperto sabia que se me iba a hacer imposible poder dormir de nuevo, a veces odiaba eso del Diego, el tenia la facilidad de dormir en cualquier parte sea como sea.
— ¿que queriaí? —pregunte, pase mi brazo por su abdomen y apoye mi cabeza en su cuello.
— mmm... queria preguntarte algo —lo mire dandole a entender que siguiera hablando— me hablo el Clemente, me pregunto como estabaí con lo que te dijo y que te queria pedir perdon por que se le paso la mano.
en el momento en que lo nombro mi cabeza ya habia abandonado su cuello, apostaba todo a que mi cara era un poema.
— no, no paso nada —agarre mi poleron y me lo puse dejando la capucha en mi cabeza, sali de la pieza dejando al Diego confuso.
simplemente no queria recordarlo, hacerlo me dolia demasiado. Mi mejor amigo o sea lo que sea me trato de lo peor y lo peor de todo fue que yo lo acepte, creí cada una de sus palabras y recien hoy no deje que me afectaran sus dichos.
hasta que me dijo eso, no sabia cual era el fin del Clemente. Pero claramente no lo iba a perdonar después de todo eso.
— Valentina —me llamaron.
avance a la cocina a hacerme un tecito. Lo mejor que podia hacer era tomarme un tecito con unas galletitas de limón, ver videos de tiktok con una mantita tapandome totalmente.
lo menos que queria era hablar del Clemente con el Diego, por ahora.
sabia muy en el fondo que al Diego no le agradaba mi amigo, sea por el motivo que fuera, se notaba.
y ahora solo queria concentrarme en lo que pasaba en esta cabaña, no en el Clemente y en como me trato de maraca en mil maneras distintas.
el Diego me abrazo por detras y deposito un beso detras de mi oreja, nos meció un rato y luego fue a sentarse al sillón viendo su celular.
dandome mi espacio.
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