ノ𝟯 𝟭

973 47 2
                                        

𝘝𝘢𝘭𝘦𝘯𝘵𝘪𝘯𝘢 𝘝𝘢𝘭𝘥𝘦́𝘴.

2 semanas después

— yapo vale, van a juntarse todos y quieren que estí ahí po' —era segunda vez que me decía lo mismo en el mismo día.

— no voy a ir nadia, no quiero ir —hice un tonto puchero.

estos días estuve mejorando un poco, después de lo que soñé ese día la Nadia a estado acompañándome todos los días.

— valentina levántate, llevaí casi dos meses aquí encerrada por un weon que no vale la pena —replicó.

pero me enamore de ese "weon que no vale la pena".

lamentablemente, lo idealice tanto. Vi tanto futuro en nosotros, que todo se fue de golpe. De un pestañeo.

— no quiero —proteste tapandome con el cubrecamas completamente.

— vas a ir, te vas a arreglar aunque sea bañandote —sentenció antes de dar un portazo.

a esta altura se parece a mi mamá.

o al Bigotes, cada domingo. Luchando por sacarme de la cama para que tomáramos desayuno como familia.

a regañadientes me levante y busque algo en mi closet, saque un buzo gris y un poleron negro con un pajaro al medio. Tome mi ropa interior de gatitos y mis zapatillas para ir al baño.

me demore unos quince minutos en estar lista ya que solo me vesti y me peine para evitar que el pelo se me esponje, no tenia ganas de ir a que si tampoco iba a tener ganas de arreglarme.

— es un progreso —afirmó mi mejor amiga desde la puerta de mi pieza— vamos —agarro sus cosas de encima de mi cama y bajamos las escaleras.

— ¿van a salir? —preguntó el Arturo sin despegar la vista de la tele, nos miro un micro segundo y siguio viendo el partido.

no quise mirarlo más, ver a mis hermanos me producia vergüenza, por cada cosa que hiciera. 

— si, vamos a ir a una junta con nuestros amigos —explicó la Nadia— chao —se despidio y me arrastro con ella a la calle.

— ¿a donde vamos? —le pregunté cuando vi que no tomo el camino al paradero.

— la junta es en la casa de la Maite y queda cerca caminando —contestó.

tenia un punto en que quedaba cerca, pero me daba demasiada flojera caminar un par de cuadras por lo que solo me fui quejando.

de la nada una pregunta paso por mi cabeza.

— ¿va a ir el?

— eh... si, pero te juro que nos vamos cuando el llegue —paro un momento para mirarme bien con sus manos en forma de suplica.

solo pensé, la Nadia no habia ido a ninguna parte después de mi episodio de depresión. Estuvo toda las noches ahí.

queria que ella la pasara bien, que una de nosotras disfrutara.

— bien —le dije cortantemente.

hablar sobre el me ponia de mal humor, me habia costado mas de lo que esperaba poder superarlo, intente todo lo que pude pero simplemente no podia dejar de extrañarlo. Sus caricias y sus labios suaves los anhelaba como si fueran una droga, sabia que era algo prohibido desde lo que paso pero que necesitaba como si mi vida dependiera de ello.

no tener con quien hablar, con quien desenvolverme. Me sentia tan mareada, y el era mi salvación. La misma persona que me hundió, podia rescatarme de ese hoyo negro.

¿que chucha me hiciste, Diego?

¿que chucha me hiciste, Diego?

¡Ay! Esta imagen no sigue nuestras pautas de contenido. Para continuar la publicación, intente quitarla o subir otra.

ta' potente.

¡Ay! Esta imagen no sigue nuestras pautas de contenido. Para continuar la publicación, intente quitarla o subir otra.
Ape CuliaoDonde viven las historias. Descúbrelo ahora