B Me

11 2 0
                                    

Era una bonita y clara tarde de abril

¡Ay! Esta imagen no sigue nuestras pautas de contenido. Para continuar la publicación, intente quitarla o subir otra.

Era una bonita y clara tarde de abril. A las cinco en punto Lee entró en el Ship
Ahoy. Chan estaba en la barra con Al Hyman, alcohólico periódico y uno de los borrachos más repugnantes, estúpidos y aburridos que Lee había conocido. Por otra parte, cuando estaba sobrio era inteligente y sencillo y bastante agradable. Ahora estaba sobrio.

Lee llevaba una bufanda amarilla alrededor del cuello y un par de gafas oscuras de dos pesos. Se quitó la bufanda y las gafas oscuras y puso todo sobre la barra.

—Un día duro en el estudio —dijo con afectado tono teatral. Pidió un ron con
Coca-Cola—. Parece que vamos a conseguir un pozo de petróleo. Ahora están perforando en el cuadrángulo cuatro, y desde esa plataforma casi podrías escupir sobre Tex-Mex, donde tengo mi algodonal de cuarenta hectáreas.

—Yo siempre quise ser un petrolero —dijo Hyman. Lee lo miró de arriba abajo y dijo que no con la cabeza.

—Creo que no podrás. No todo el mundo tiene condiciones. Para eso hace falta vocación. Ante todo hay que tener aspecto de petrolero. No hay petroleros jóvenes. Un petrolero necesita tener por lo menos cincuenta años. Con piel agrietada y arrugada como barro reseco por el sol, sobre todo con la nuca arrugada, y las arrugas están casi siempre llenas de polvo de mirar cuadrángulos. Lleva unos pantalones
anchos de gabardina y una camisa blanca de sport de manga corta. Un polvo fino le cubre los zapatos y una ligera neblina de polvo lo sigue a todas partes como una tormenta de polvo personal.

"Supongamos que tienes la vocación y la apariencia correcta. Vas por ahí
suscribiendo arrendamientos. Tienes a cinco o seis personas haciendo cola para arrendarte la tierra y dejar que hagas perforaciones en ella. Vas al banco y hablas con el presidente:

»—Clem Larris, hombre bueno si los hay en este valle, y además listo, está
metido en esto hasta los cojones, y el viejo Scranton y Fred Crockly y Roy Spigot y Ted Bane, todos buenos chicos. Ahora quiero mostrarte algunos hechos. Podría quedarme aquí hablando toda la mañana, usando tu tiempo, pero sé que eres un hombre acostumbrado a ocuparse de hechos y números y exactamente para enseñarte
eso estoy aquí.

»Sale y va hasta el coche, siempre un cupé o un descapotable, pues nunca he visto a un petrolero en un sedán, y mete la mano en el asiento trasero y saca los mapas, un enorme manojo de mapas grandes como alfombras. Los despliega sobre el escritorio del presidente del banco y unas grandes nubes de polvo primaveral brotan de los mapas y llenan el banco.

»—¿Ves este cuadrángulo? Es Tex-Mex. Después, aquí, una falla atraviesa las
tierras de Jed Marvin. También vi al viejo Jed el otro día, cuando yo andaba por allí, un buen muchacho. No hay mejor hombre en este valle que Jed Marvin. Ahora mira, Socony perforó exactamente aquí.

«Despliega más mapas. Acerca otro escritorio y ancla los mapas con las escupideras.

»—Bueno, el agujero que hicieron estaba seco, y este mapa... (Despliega otro).

Ahora, si tienes la bondad de sentarte sobre el otro extremo para que no vuelva a enrollarse, te enseñaré exactamente por qué el agujero estaba seco y por qué nunca tendrían que haber probado allí, en primer lugar porque, como puedes ver con claridad, la falla se extiende entre el pozo artesiano de Jed y la línea de Tex-Mex en el cuadrángulo cuatro. Esa parcela fue examinada por última vez en 1922. Supongo que tú conoces al que hizo el trabajo. Se llamaba Earl Hoot y también era un buen chico. Vivía en Nacogdoches, pero su yerno tenía una finca por aquí, la vieja casa de los Brook al norte de Tex-Mex, al otro lado de la línea de...

»A esas alturas el presidente está atontado por el aburrimiento y el polvo se le está asentando en los pulmones (los petroleros son constitucionalmente inmunes a los efectos del polvo), así que dice:

»—Bueno, si a esos muchachos les sirve, me sirve a mí. Tienes mi apoyo.

«Entonces el petrolero va y ensaya el mismo número con sus candidatos. Después trae a un geólogo de Dallas o de algún sitio parecido, que dice algunas cosas incomprensibles sobre las fallas y las filtraciones y las intrusiones y el esquisto y la arena, y elige un sitio, más o menos al azar, para iniciar la perforación.

»Y el perforador. Tiene que ser un sujeto realmente bullicioso. Lo buscan en Boy's Town, el barrio de putas en los pueblos fronterizos, y lo encuentran en una habitación llena de botellas vacías con tres putas. Le rompen una botella en la cabeza y lo sacan a rastras y le quitan la borrachera, y el hombre mira el sitio donde van a hacer la perforación y dice:

»—Bueno, el agujero es nuestro.

»Si resulta que se trata de un pozo seco, el petrolero dice:

»—Bueno, así son las cosas. Algunos agujeros están lubricados y otros están tan secos como el coño de una puta el domingo por la mañana.

»Había un petrolero a quien llamaban Agujero Seco Dutton (está bien, Chan, nada de chistes relacionados con la vaselina) que hizo veinte agujeros secos antes de curarse. Eso, en la picante jerga del mundo del petróleo, significa "hacerse rico."

Entró Joe Guidry y Lee apartó el taburete para estrecharle la mano. Esperaba que Joe sacase el tema de la homosexualidad para poder medir la reacción de Chan.

Creía que había llegado la hora de decirle a Chabñn cómo eran las cosas y no seguir haciendo todo con tanta calma.

Creía que había llegado la hora de decirle a Chabñn cómo eran las cosas y no seguir haciendo todo con tanta calma

¡Ay! Esta imagen no sigue nuestras pautas de contenido. Para continuar la publicación, intente quitarla o subir otra.
Homosexual²/ChanhoDonde viven las historias. Descúbrelo ahora