LA HEREDERA
Destrucción, Es todo lo que quedaba, el castillo del emperador se caí a pedazos consumido por un incendio que devoraba todo a su paso, el caos estaba alrededor y una gran batalla se daba en aquel ya inestable lugar, los hechizos eran lanzados de un lugar a otro y los combatientes caían por decenas, el aquelarre del emperador luchaba contra un grupo invasor quienes estaban vestidos como ellos solo que con capas negras en lugar de blancas, decenas de cuerpos caían por los hechizos y la destrucción aumentaba a cada momento que la batalla se prolongaba.
En la sala del trono otra pelea acababa de concluir, dos individuos habían luchado usando grandes hechizos pero solo uno estaba en pie. El emperador, la figura de máxima autoridad y supuesto ser mágico más poderoso se encontraba de rodillas en el suelo, su máscara rota por la mitad, sus ropajes cubiertos en una combinación de sangre y quemaduras, a su cuerpo faltaba ya el brazo derecho y la herida grave trataba de taparla con su otro brazo sin mucho éxito, si no hacía algo moriría desangrado; aunque tal vez su muerte llegaría antes.
Frente al emperador otra figura se alzaba, firme y segura en su postura, su capa negra cubría su rostro pero en las sombras se veían unos brillantes ojos amarillos con algunas líneas rojas de sangre, la ira ardía en sus pupilas como el fuego alrededor consumiendo todos los escombros, alzó su mano en dirección al emperador con la palma abierta de la cual surgió un símbolo, un glifo de un diamante color amarillo con la punta hacia abajo más larga, chispas empezaron a salir de su brazo dirigiéndose hacia su mano donde se acumularon hasta formar una esfera amarilla y blanca de pura electricidad que siguió aumentando hasta el tamaño de una cabeza de adulto, su objetivo era claro, la muerte del emperador por su mano.
El emperador al sentir esa magia volteó su mirada hacia la figura frente a él, su vista empezaba a nublarse y la sangre seguía goteando de su brazo pero aún tenía suficiente conciencia para poder reconocer a quien estaba frente a él, fijó su mirada en los ojos que lo observaban y sonrió con resignación.
-Entonces...- Dijo el emperador –Es así como todo termina...- Agregó cerrando sus ojos.
-Lo es... termina para ti...- Comentó la figura y quitó su capucha negra revelando a una muy iracunda y ensombrecida Luz, su cabello era más largo y sus ojos seguían destellando con furia –Tú me quitaste todo lo que yo amaba en este lugar... Ahora tú y tu imperio caerán...- Agregó ella con lágrimas de furia saliendo de sus ojos y lanzó su ataque final...
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SEMANAS ATRÁS.
Un relámpago cruzó el cielo nublado para dejar escuchar un trueno unos segundos después, el clima era de por sí ya peligroso en las islas hirvientes y ese día estaba peor que de costumbre, solo unos locos se atreverían a estar fuera del resguardo de sus hogares.
-Entonces Eda, ¿Qué hacemos de nuevo aquí en medio de esta tormenta eléctrica?- Preguntó Luz algo preocupada, un rayo más surcó el cielo dejando otro trueno de paso a lo cual Luz se ocultó en su capucha de gato.
-Enseñándote una lección por supuesto, Hexside podrá enseñarte magia de una manera "correcta" pero yo voy a enseñarte magia de la manera en que de verdad va a ayudarte en una situación de emergencia- Dijo ella con una sonrisa y cerrando el ojo mientras otro rayo pasaba y el trueno le seguía esta vez más fuerte que el anterior.
-Sí, ¿No se supone que debes estar con vida para practicar la magia?- Comentó King al notar el clima tan extremo.
-¿Qué, te refieres a esto? Esto no es peligroso- Respondió Eda sin ninguna preocupación –Ahora Luz, hoy voy a enseñarte como se crea un campo de magia para protegerte y tu harás lo que siempre haces con tu caja de luz para sacar el símbolo y poder hacerlo, ¿lista?- Preguntó Eda.
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LA HEREDERA
FanfictionLuz Noceda continúa con su entrenamiento para convertirse en una poderosa bruja como su maestra Eda, la dama búho, sin embargo las cosas están por cambiar de una manera inesperada cuando el mismo emperador decida que ha tenido suficiente de la dama...