CAPÍTULO 4

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LA HEREDERA

CAPÍTULO 4

NOCHE EN EL CASTILLO

Por los pasillos del castillo se veía una sombra en las paredes iluminada por las antorchas a lo largo de estos, sin embargo, nadie parecía notarlo, ni los guardias ni los sirvientes que estaban aún trabajando a esas horas de la noche, la sombra pasó desapercibida para el resto hasta llegar a la lavandería del castillo, una de las sirvientas del lugar sintió algo extraño pero no pudo ver nada así que simplemente se retiró sin darse cuenta de que su sombra se había quedado estática en la pared y cuando la puerta de la lavandería se cerró es que empezó a cambiar de forma.

-De verdad que odio esta forma pero pronto todo eso cambiará- Una mano tomó el guante del emperador y con magia separó el dedo índice y abrió el metal delgado que le recubría para observar una mancha de sangre seca –Bingo- Se dijo y una sonrisa se vio en su rostro, escuchó unos pasos que iban hacia ese lugar y volvió a fusionarse con las sombras para salir de ahí sin dejar rastro.

En su forma de sombra se dirigió de nueva cuenta al lugar dónde antes había seguido al emperador pero que no había podido pasar por la barrera, por suerte al fin comprendió cómo era que el emperador entraba ahí y ahora también tenía la clave para pasar.

-Veamos qué es lo que el "todopoderoso" emperador de las islas hirvientes esconde- Dijo y puso la mancha de sangre en la barrera pero para su desgracia el hechizo la rechazó y una especie de alarma mágica se activó alertando a todo el castillo –GRRRR, ¡Maldición!- Se quejó y se volvió a sumir en las sombras dejando ahí el pedazo de metal con sangre coagulada, no pasó mucho antes de que los guardias y Lilith llegaran a ese túnel y no encontraran más que lo que esa figura había dejado ahí en el suelo.

-¿Qué ocurrió?- Preguntó Lilith a lo que los miembros del aquelarre le mostraron el pedazo de guante con sangre seca –Informen al emperador lo que ocurre de inmediato- Ordenó ella y los guardias se retiraron.

Lilith sintió mucha curiosidad, rara era la ocasión en la que venía a esa parte del castillo, cuando llegó al aquelarre le mencionaron que estaba prohibido acercarse a menos que fueses alguien de alto rango pero al solo ser un pasillo olvidado nunca le dio la importancia, cuando llegó a ser la líder del aquelarre le informaron que el emperador mismo había sellado esa parte con un poderoso hechizo de sangre para que nadie más que él pudiese entrar así que lo que estaba detrás de esa puerta era en realidad un misterio para todos y cada uno de ellos pero seguro era algo importante o muy peligroso para que fuera el emperador mismo quien lo sellara con tal nivel de seguridad, ahora ella sospechaba que podía haber algo peligroso ahí detrás si es que alguien pasó por todas esas molestias y ese riesgo para obtener un poco de la sangre del emperador; guardó el pedazo de metal manchado y se empezó a retirar cuando sintió algo moverse detrás de ella, de inmediato giró y apuntó su bastón poniéndose a la defensiva y lista para contraatacar, esperó unos momentos pero ya nada se movió o hizo algún sonido por lo que relajó su postura y dio media vuelta solo para saltar de la sorpresa al ver a alguien parada ahí frente a ella que no había notado.

-Lamento haberte asustado Lilith, mis disculpas no era mi intención- Comentó la consejera del emperador, Lilith solo dio un suspiro y se levantó.

-No hay porqué disculparse solo me sorprendí, es todo- Contestó ella limpiándose el polvo de su ropa y acomodando su cabello.

-Parece que tenemos una situación- Dijo la consejera acercándose hasta el límite de la barrera -¿Alguna pista Lilith?- Le cuestionó sin voltearla a ver.

-Solo un pedazo de papel manchado con sangre del emperador, quien quiera que haya venido aquí sabía cómo abrir este sello, pero al parecer no funcionó- Contestó Lilith dándole la evidencia a la consejera quien lo analizó.

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