Imagina estar bailando con Freddie el famoso juego Just Dance mientras tenían de público a todos los gatitos que vivían en la casa.
-Estoy muerta, ya no aguanto más... -Susurraste mientras te sentabas al suelo de lo increíblemente agotada y agitada que estabas.
-¡Oh, vamos, querida! Bailemos una canción más. -Pidió mientras no dejaba de bailar.
Era increíble que, a pesar de llevar bailando dos horas seguidas, Freddie tenía toda la energía del mundo para bailar más tiempo.
-¿No prefieres que llamemos a Deacy para que baile con nosotros? Siento que sería un excelente rival para ti. -Preguntaste acompañado con una pequeña risa, sabías exactamente lo que diría el chico de ojos marrones.
Freddie inmediatamente se dio la vuelta, dándote un gesto de absoluta indignación.
-Por supuesto que no. -Respondió negando repetidamente con la cabeza.- Nos humillaría en segundos, ¡es la reina del baile!
Claramente no pudiste aguantar la risa, por lo que, después de carcajear, te levantaste para continuar con el gran baile de la noche. El show tenía que continuar.
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