Imagina que estás en el salón especial de la casa que compartes con Freddie. Ese salón especial que era conocido por las bellas melodías que salían de allí gracias al hermoso y gran piano de cola que se encontraba en el centro del salón.
Gracias de la existencia de ese salón, tenías la oportunidad y la fortuna de poder asistir todas las tardes para beber té mientras tu esposo tocaba en su piano las más hermosas melodías de los artistas favoritos que ambos tenían en común. Los favoritos eran The Beatles.
-Na, na, na-na-na, na. Na-na-na, na...
- Hey Jude, oh, Jude...
-Na, na, na, na-na-na, na. Na-na-na, na...
-Hey Jude, oh, Jude. You'll make it, Jude...
Siempre que estabas con él, participabas con los coros. Las voces de ambos se mezclaban, y gracias a eso, nacían los momentos más hermosos de la vida. Freddie le llamaba a esos momentos los 'Tesoros invaluables'. Oirte cantar era un tesoro invaluable, esos momentos que compartían juntos lo eran y a él le encantaba.
Sin duda alguna, esa es una de las actividades favoritas de ambos.
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