¿Crees que te necesito?©

41. Ataque De Panico

Entro al apartamento lo más rápido que puedo y encuentro a Brooke sentada en el sofá, con una bolsa de guisantes en la cabeza y llorando como una magdalena.

Al verme entrar se acerca a mi y me abraza.

- ¿Estas bien? - susurro, ya que apenas me sale la voz del cuerpo.

- Yo si, pero Maddie, Dios yo no quería que eso pasara, perdoname...

- Tu no tienes la culpa - digo al mismo tiempo que una lagrima cae por mi mejilla y mi voz empieza a quebrarse.

- Si hubiese hecho algo..., pero ese tipo me golpeó y para cuando quise darme cuenta ya no estaba

Yo no respondo y me limito a llorar sobre su hombro, a la vez que ella llora sobre el mio.

- Dios mío, Brooke, ¿Estas bien? - Escucho la voz de Marco a mis espaldas.

Ella se separa de mí para correr hacia él y abrazarlo

- Perdoname por comportarme como una estúpida

- No, perdoname tu a mi, te juro que no volverá a pasar algo así

Normalmente estaría emocionada por su reconciliación, pero no puedo, no puedo pensar en otra cosa que no sea Maddie, mi bebé está por ahí con un maldito hijo de puta y no se que hacer para encontrarla, ni siquiera se por donde empezar.

Siento como cada vez menos aire entra a mis pulmones, como si el camino hacia ellos se fuese estrechando, camino hacia la pared y me dejó caer, hasta estar sentada en el suelo.

Meto la cabeza entre mis piernas e intento controlar mi respiración, pero es imposible concentrarme en ello.

- Eh, Jess, escúchame - dice Brooke a mi lado, pero yo la ignoro.

- ¿Puedes hablar? - dice Marco y yo niego con la cabeza

Mi respiración está cada vez más agitada y juro que tengo la sensación de que en cualquier momento la velocidad de mis pulsaciones harán que mi corazón pare de latir.

- Oye, ¿que esta pasado? - Escucho a Eric

- Creo que es un ataque de pánico - dice Brooke

- Apartaos, dejad espacio - ordena Eric.

Entonces siento como alguien se agacha frente a mi y agarra ambos lados de mi cara, haciendo que lo mire

- Escúchame, esta todo bien, tranquilizate - dice y yo niego

- N-no, n-nada está bien - Digo.

Él parece pensar que hacer, pero finalmente agarra mi nuca y une nuestros labios en un inesperado beso, él es quien marca el ritmo y me encanta que sea tan suave, pero a la vez tan apasionado

¿Qué es eso?

¿El que?

Eso que hay en tu estómago, ¿son mariposas?

Solo son nervios

Ya...

Él se separa de mi, y aunque la presión que siento en el pecho y mis ganas de llorar no disminuyen ni un poco, el aire vuelve a llegar a mis pulmones.

Le sostengo la mirada mientras me recupero y él me tiende la mano para ayudarme a ponerme en pie.

- ¿Mejor? - dice

- Si, yo... ¿A qué ha venido eso? - digo mientras me limpio las lágrimas, aunque no tardan en volver a salir.

- He oído que mantener la mente ocupada en un ataque de pánico ayuda a controlarlo - dice y yo no respondo - Además, me apetecía