Capítulo 5: Eres como un ángel...

76 9 0
                                    

Esa noche, directamente no había dormido nada. Por Anabel. Mis padres  habían ido a buscarme, porque no podía manejar de regreso. Estaba con la mirada perdida donde Anabel se había desmayado. Sin decir ni una palabra, en ningún momento. Sólo cuando los médicos me preguntaron lo que pasó.

Entró en pánico y se desmayó de la nada –mentí en un susurro. Los médicos se miraron entre sí y asintieron, volviendo a la ambulancia.

Mi tía llorando y mi tío que recientemente había llegado del trabajo, me consolaron hasta que mis padres llegaron. No había dicho nada. Solamente con el rostro inexpresivo pensando en Él. No quería hacer nada lo que el demonio me había dicho. Pero debía hacerlo. Por el bien de todos.

Cuando llegamos a casa, fui directa a mi habitación. Sin importar nada más. Ni en mis caballos, ni por si Sombra estaba bien y ni por mis padres. Nada. Solo me importaba mi futuro. El reloj digital marcaba las 18: 30 hs. No tenía pensando en hacer nada. Porque no tenía ganas de hacer nada. Estaba tan deprimida.

En mi cama llorando, habré pasado como media hora. Mi mamá había tocado como diez veces la puerta para que la dejara pasar, sin embargo no lo hice. ¿Qué les iba a decir? ¿Qué Anabel estuvo poseída? Bastante preocupados los tenía conmigo misma y ahora debían estarlo por Anabel. No, eso no iba a pasar. Pero me rendí y dejé entrar a mi madre. Mientras me arrastraba de vuelta a la cama como un zombi y ella me siguió. Sentándose a mi lado en la cama y acariciando mi cabello.

- No te voy a pedir una explicación de lo sucedido, Nat –comentó suavemente- solo quiero saber cómo estás. 

Gimoteé removiéndome en el lugar. Tapándome la cara con las manos como una niña.

- Bien, lo tomaré como mal –suspiró- estará bien, Nat. Hace un rato hablé con Mariel. Dijo que tuvo una descompensación, que volverá a estar bien. Mañana por la mañana le darán el alta.

Saqué las manos de mi cara, para mirar a mamá. ¿Anabel estará bien para mañana? ¿Volverá a la escuela?

- ¿Ella está bien? ¿No han… encontrado nada raro? –pregunté temerosa por la repuesta.

- ¿A qué te refieres con “raro”? –preguntó confusa.

- Nada. Ya está, me alegro de que esté bien.

- Natalie… me estás ocultando algo. Dime ¿qué pasó? –insistió negándose a dejarlo.

- Dijiste que no me ibas a pedir una explicación. Cumple con tu palabra. Además dijiste que confiarías en mí.

- Sí, Natalie, lo sé. Pero esto me preocupa. Yo…

- Ya mamá, no quiero hablar de este tema. Todo está bien. Todo va estar bien –lo último lo dije para mí misma- Tengo otra cosa más importante para comentarte.

Me acordé de mi cita de mañana con James.

- ¿Y de qué se trata?

- Voy a tener mi primera cita mañana. Con un chico totalmente adorable –confesé. Mi mamá me miró sorprendida- no se lo comentes a papá.

- Vaya, que noticia. ¿Y quién es el afortunado? –preguntó sonriente. Bien, buen progreso. Tenía miedo a que no le gustara la noticia. Todo por el secuestro.

- James Thompson. Es hermoso mamá. Es muy dulce y es, por decir, mejor amigo de Anabel. Se conocen hace como cinco años. ¿Puedo salir con él?

Mamá lo pensó por unos segundos. Y asintió.

- Pero antes quiero conocerlo –indicó sonriente.

- Claro. Pero tiene que ser antes de que llegara papá. Él vendrá a recogerme a las siete y media. Vamos a ir al cine.

Pesadillas Reales La Maldición.Donde viven las historias. Descúbrelo ahora