Capítulo 18: Nuestra primera cita...

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Desperté con una sensación incómoda en mi espalda, y era que Sam me tenía pegado junto a su cuerpo esculpido, pero había más… una sensación incómoda entre mis piernas… ¡Oh, mierda! ¡Qué asco! Pateé el cuerpo de Sam tirándolo de la cama. Luego se levantó con cara dormida y de espanto.

- ¿¡Qué mierda!? –exclamó incorporándose del suelo. Yo no soporté la risa y él seguía con cara de “what the fuck”- ¿Por qué te ríes? ¿Me tiraste de la cama?

- ¡Sí! –grité espantada- por tú maldita… -le señalé la parte de abajo- es asqueroso –terminé tragando saliva. Él bajó la mirada a lo que señalaba y luego se rió.

- No es mi culpa, Nut. Tú provocas eso –dijo con una sonrisa sexy. Negué con la cabeza y me dirigí al baño. Sam me siguió- ¿qué pasa? Es algo natural para un hombre y esa es una señal de que le agradas a mi cuerpo. 

- Ya me di cuenta –murmuré mientras cepillaba mis dientes- pero es asqueroso de todos modos.

- No te va a parecer nada asqueroso cuando tú y yo estemos en una cama –dijo acercándose y tomando mi cintura. Apoyó sus cálidos labios a mi oreja- como la última vez que nos interrumpieron ¿lo recuerdas? besándonos apasionadamente y…

- Ya entendí, Sam –interrumpí con una sonrisa. No había olvidado ese momento, y nunca lo olvidaría, ya que era en el mismo día que su prima había muerto- pero no cuando esté durmiendo y esa cosa esté entre mis piernas como palo de escoba.

- Yo sé que te gustó –dijo arrogante mientras giraba la llave de la ducha. Bufé negando con la cabeza y salí del baño, ya que Sam se estaba desnudando y no tenía ganas de ver sus partes íntimas. No ahora.

No había traído ropa de la sede angelical, había comprado ropa y la dejé. Qué tonta. Y la que había traído puesta, estaba toda andrajosa por la pelea en el Consejo. ¿Habrá tiendas de ropa en Dark Country? ¿Algo que no sean batas negras? Ropa Oscura era lo único que tenían seguramente, los del Consejo vestían elegantes trajes medievales pero con onda más moderna. Qué envidia. Me tiré a la cama, pensando en qué hacer. A los pocos minutos, Sam salió del baño con una toalla envuelta alrededor de su perfecta y delgada cintura, mostrando los bien definidos abdominales y la forma de “V” en su cintura. 

Desvié mi mirada de su perfecto cuerpo, provocando una sonrisa burlona en la cara de Sam. Maldito sexy Sam. En fin, me levanté y lo miré una vez que se vistió. Como siempre, usaba ropa que lo hacía ver como un chico sexy y malo. Otra cosa más que amaba de él.

- Estoy aburrida –comenté histérica- me estoy volviendo loca aquí. ¿No hay algo productivo para hacer?

- ¿A qué le llamas productivo? –preguntó él con una media sonrisa. La verdad no lo sabía. Suspiré.

- No lo sé –respondí media malhumorada. Mis cambios de emociones me estaba volviendo loca. Tal vez era bipolar y media Oscura- pero quiero salir de aquí.

- Bien…

- De aquí, me refiero de la casa y de este mundo –interrumpí con los brazos cruzados. Sam asintió pero antes de que hablará, seguí- pero ya sé que no podemos irnos. No hasta que el cadáver de Luke esté entre mis manos.

- Lo sé, pero deja de decir eso que me asusta –comentó Sam con ojos abiertos. Luego su ceño se frunció y me señaló la cara con el dedo- tienes…tus ojos…están…

No esperé a que dijera algo más, corrí hasta el baño y me miré al espejo… ¡mierda! Mis ojos tenían ese color rojizo más profundo que antes, me parecía a Bella cuando se convirtió en una vampira. Solamente que mis ojos daban más miedo. ¿Qué significaba? Sam estaba parado en el umbral de la puerta mirando preocupadamente.

Pesadillas Reales La Maldición.Donde viven las historias. Descúbrelo ahora