Capítulo 14: Cada vez falta menos...

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Desperté gracias a los rayos solares que entraban desde la ventana. Al levantarme, fui a comprobar si la puerta seguía bloqueada por la magia de Luke, ya que tenía que ir a desayunar y al baño. Sin embargo la puerta seguía bloqueada. Mierda ¿ahora qué iba hacer? Si él podía… ¿por qué yo no? Me concentré en la cerradura, luego visualicé una llave maestra que abría la puerta… y la puerta mágicamente se desbloqueó. Sonreí. La abrí con mucho cuidado de no hacer algún ruido que me delatara. Caminé sigilosamente por el vacío y oscuro pasillo, al fondo, se oía una aireada discusión. Las voces se oían más cada vez que me acercaba, y reconocía esas voces. Luke y… Krista. ¿Qué hacía la zorra aquí? Llegué hasta la puerta de la habitación donde se encontraban, ocultándome contra la pared así pudiera escuchar de lo que estaban hablando.

- Espero que tengas un buen plan –escuché a Krista hablando en susurros- porque no pienso volver a ponerme en peligro. ¡Casi me matan!

- Baja la voz –masculló Luke. Quisiera poder verle el rostro a Krista siendo retada, ella no soportaba ser una ayudante- no me importa si casi te matan, debes hacerlo sin quejarte. Tú aceptaste el trato, ahora cúmplelo.

- ¡Pero…! Pero no puedo –dijo bajando la voz- han reunido miembros. Ángeles y Oscuros.

- ¿Qué? –siseó Luke- ¿cómo es posible? Debe haber un error, ningún ángel puede apoyar a un Oscuro.

- Te digo lo que vi y escuché –replicó Krista- todo por ella. Su ángel y Sam fueron los que armaron el equipo, incluido Mike Marshall. Están buscando la manera de encontrarla.

- Nunca lo harán –concretó Luke confiado- debí matar desde el principio a ese idiota de Sam.

- ¡Ni siquiera lo pienses! –siseó Krista furiosa. Al final era verdad que lo amaba, eso parecía- no te atrevas hacerle daño, como así nunca hice daño a tu zorrita.

Maldita perra mentirosa. Si intentó matarme, de hecho, varias veces. Seguían hablando sin que nadie les oyera, aunque no había nadie más. Asomé un poco la cabeza por la puerta para ver en qué sitio de la habitación se encontraban. Luke estaba sentado en un sofá y Krista parada al frente mientras gesticulaba con las manos al hablar. Ellos tenían poderes telequinésicos que podían destruirte en segundos, eso me había demostrado Krista en la escuela y según ella nunca me había lastimado. Luke entrelazó sus manos detrás de su nuca mientras escuchaba las quejas de Krista. Y en un momento, Luke miró en donde me encontraba. Quité la cabeza de inmediato rogando de que no me haya visto, comencé a darme la vuelta para volver a mi habitación pero…me detuve al ver algo. No era Luke, ni Krista. Era otra cosa, que estaba sobre un mueble del pasillo. Un sobre gordo con inscripciones en otro idioma…español. Sin hacer ruido me arrastré hasta el mueble y tomé el sobre en mis manos. Lo abrí y fisgoneé lo que había dentro. Dinero argentino y boletos de avión. Metí el sobre en mi bolsillo de mis jeans y volví a mi habitación.

Era la hora de irme, no podía quedarme más aquí. Fue un error al venir con Luke, tenía que buscar la manera de irme lo antes posible sin que se dieran cuenta. <James –pensé llamándolo- estoy en Argentina, en un lugar llamado Bahía Blanca. Krista está aquí y los estuve espiando todo este tiempo. Luke sabe de vuestro plan> <Nat –respondió James- ya vamos para allá> No, no debían venir aquí <No James –me apresuré a contestar- yo tengo unos boletos de avión y dinero. Buscaré la forma de salir de este lugar e ir a otro para que nos reunamos> < ¿Dónde irás? –preguntó> <No lo sé –respondí- yo te avisaré>.

Guardé algunas cosas en una mochila que encontré y salí nuevamente al pasillo. Caminé con pasos pesados mientras buscaba una salida, sin embargo tenía que pasar por el lugar donde ellos estaban. Una vez cerca de la puerta escuché:

Pesadillas Reales La Maldición.Donde viven las historias. Descúbrelo ahora