“La oscuridad ya empieza a despejarse, mostrando al fin la luz que tanto esperaba. La luz es el amor y la oscuridad, la tristeza”- Marianela Santangelo.
Mis amigas llegaron al fin. Me levanté rápidamente y me cambié. Bajé al instante así toda despeinada como estaba. Mis padres estaban ayudando a bajar sus maletas de la furgoneta vieja en la que llegaron. Y ahí las vi, a las dos mejores amigas del planeta. Jessie y Candy. Jess con su cabello castaño ondulado y su sonrisa que tanto la describía, y Candy, su cabello que parecían espaguetis de chocolate y sus ojos alegres de un color verde oliva. Ambas al verme, corrieron hacia a mí y juntas me abrazaron fuertemente. Al fin llegaron, algo bueno en todo este tiempo tormentoso.
- Te hemos extrañado mucho Nat –murmuró Jessie contra mi hombro.
- Yo también chicas –murmuré entre ellas dos. Luego nos separamos y todas estábamos con los ojos llenos de lágrimas de la emoción- me alegro que hayan llegado.
- Nosotras también, fue un viaje agotador –comentó Candy- pero supongo que no tanto como el tuyo.
- Ni te imaginas –murmuré. Ellas rieron y las volví a abrazar.
Entramos las cosas en mi habitación y nos pusimos hablar de varias cosas. Por suerte no tocaron el tema de Sam. Y pensar en él me daba una punzada al corazón. Estábamos en la habitación haciéndonos manicura y peinados. Ellas me habían traído un hermoso regalo de reencuentro y yo les di también unos varios regalos que había comprado anteriormente. Mañana iba ser la cena de Acción de Gracias. Compartiremos todos juntos, y con James también.
- ¿Y cómo va el colegio? –preguntó Jessie mientras se pintaba las uñas rosadas.
- Bien, creo –respondí con desdén. Me estaba colocando un barniz violeta.
- ¿Y el sexy chico? ¿Sam? –preguntó Candy. Oh no, ya comenzamos. La miré con los ojos abiertos- ¿qué?
- Nada, no importa –respondí desinteresada mirando mis uñas.
- ¿Qué pasó con él? –preguntó con el ceño fruncido.
- Nada, no quiero hablar de eso –respondí. Me levanté y me dirigí a mi vestidor. Candy me siguió.
- Natalie te conozco, dime lo que ocurrió –insistió con los brazos en jarra.
No me quedaba otra que decirle. Conocía a Candy y ella nunca me iba a dejar en paz si no le contaba. Era una de las cosas que odiaba de ella.
- Él…se fue. Para siempre –susurré con la cabeza gacha- en serio Candy, no quiero hablar de ello, arruinará mi buen humor. Y creo que ya lo hizo.
- Lo siento Nat –se disculpó en un abrazo.
- Estoy bien. Es más –dije con una sonrisa- tengo un novio y se llama James.
Candy abrió los ojos como platos que casi parecían que iba a salir de sus órbitas. Su boca estaba tan abierta que podría entrar una cabeza en ella. Luego giró hacia Jessie.
- ¡No puede ser! ¡Natalie tiene novio! –exclamó Candy dando saltitos. Jessie abrió la boca y luego se levantó y sonrió.
- ¿¡Qué!? ¿Quién? –preguntó emocionada.
- James Thompson –respondí con una sonrisa tonta- es como un ángel.
Porque lo es –dije mentalmente. Candy chilló de la emoción e igual Jessie. Chicas.
- Detalles, por favor. ¿Vendrá a la cena? –preguntó Candy. Asentí- ¡Genial! Ahora cuenta cómo es.
- No, ya lo verán mañana y de ahí opinarán –indiqué. Ambas gruñeron, pero al instante volvieron a sonreír.
ESTÁS LEYENDO
Pesadillas Reales La Maldición.
ParanormalPrimer libro de la Trilogía Pesadillas Reales. Sinopsis: Natalie Fordan es una joven de 16 años, que con sólo 14 años sufrió un secuestro. Durante 4 días estuvo retenida, sufriendo horribles cosas y luego la soltaron sin más. Abandonada cerca de su...