Segunda Parte + Capítulo 12: Él... se fue... para siempre.

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“La oscuridad ya empieza a despejarse, mostrando al fin la luz que tanto esperaba. La luz es el amor y la oscuridad, la tristeza”- Marianela Santangelo.

Mis amigas llegaron al fin. Me levanté rápidamente y me cambié. Bajé al instante así toda despeinada como estaba. Mis padres estaban ayudando a bajar sus maletas de la furgoneta vieja en la que llegaron. Y ahí las vi, a las dos mejores amigas del planeta. Jessie y Candy. Jess con su cabello castaño ondulado y su sonrisa que tanto la describía, y Candy, su cabello que parecían espaguetis de chocolate y sus ojos alegres de un color verde oliva. Ambas al verme, corrieron hacia a mí y juntas me abrazaron fuertemente. Al fin llegaron, algo bueno en todo este tiempo tormentoso.

- Te hemos extrañado mucho Nat –murmuró Jessie contra mi hombro.

- Yo también chicas –murmuré entre ellas dos. Luego nos separamos y todas estábamos con los ojos llenos de lágrimas de la emoción- me alegro que hayan llegado.

- Nosotras también, fue un viaje agotador –comentó Candy- pero supongo que no tanto como el tuyo.

- Ni te imaginas –murmuré. Ellas rieron y las volví a abrazar.

Entramos las cosas en mi habitación y nos pusimos hablar de varias cosas. Por suerte no tocaron el tema de Sam. Y pensar en él me daba una punzada al corazón. Estábamos en la habitación haciéndonos manicura y peinados. Ellas me habían traído un hermoso regalo de reencuentro y yo les di también unos varios regalos que había comprado anteriormente. Mañana iba ser la cena de Acción de Gracias. Compartiremos todos juntos, y con James también.

- ¿Y cómo va el colegio? –preguntó Jessie mientras se pintaba las uñas rosadas.

- Bien, creo –respondí con desdén. Me estaba colocando un barniz violeta.

- ¿Y el sexy chico? ¿Sam? –preguntó Candy. Oh no, ya comenzamos. La miré con los ojos abiertos- ¿qué?

- Nada, no importa –respondí desinteresada mirando mis uñas.

- ¿Qué pasó con él? –preguntó con el ceño fruncido. 

- Nada, no quiero hablar de eso –respondí. Me levanté y me dirigí a mi vestidor. Candy me siguió.

- Natalie te conozco, dime lo que ocurrió –insistió con los brazos en jarra. 

No me quedaba otra que decirle. Conocía a Candy y ella nunca me iba a dejar en paz si no le contaba. Era una de las cosas que odiaba de ella.

- Él…se fue. Para siempre –susurré con la cabeza gacha- en serio Candy, no quiero hablar de ello, arruinará mi buen humor. Y creo que ya lo hizo.

- Lo siento Nat –se disculpó en un abrazo.

- Estoy bien. Es más –dije con una sonrisa- tengo un novio y se llama James.

Candy abrió los ojos como platos que casi parecían que iba a salir de sus órbitas. Su boca estaba tan abierta que podría entrar una cabeza en ella. Luego giró hacia Jessie.

- ¡No puede ser! ¡Natalie tiene novio! –exclamó Candy dando saltitos. Jessie abrió la boca y luego se levantó y sonrió.

- ¿¡Qué!? ¿Quién? –preguntó emocionada.

- James Thompson –respondí con una sonrisa tonta- es como un ángel.

Porque lo es –dije mentalmente. Candy chilló de la emoción e igual Jessie. Chicas.

- Detalles, por favor. ¿Vendrá a la cena? –preguntó Candy. Asentí- ¡Genial! Ahora cuenta cómo es.

- No, ya lo verán mañana y de ahí opinarán –indiqué. Ambas gruñeron, pero al instante volvieron a sonreír.

Pesadillas Reales La Maldición.Donde viven las historias. Descúbrelo ahora