Musa

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Jungkook era un artista empedernido. Que vivía para  crear, era de esos chicos risueños, que amaba la pintura más que a su propia vida, suena muy radical, pero era así, todo su mundo giraba al lado de los pinceles, y para él era lo máximo.

Sus padres ya hace mucho lo habían dejado, se habían mudado a los Emiratos Árabes por cuestión de trabajo, y el muchacho se había quedado para seguir su sueño de convertirse en un gran pintor.

Y por mucho tiempo lo había Sido. Había cogido gran importancia en el mundo artístico, y catalogado por muchos como un "Genio".

Sus exposiciones eran las más vista, y además de que los pases de entrada se agotaban con facilidad, todos conocían a Jeón Jungkook.

Pero lo que no sabían, era que a los 24 años, el chico se encontraba en un bloqueo artístico, nada lo motivaba, simplemente actuaba como un zombi con el pincel y eso estaba asustando a su Manager, que le pidió con el corazón, que el joven artista se tomará un tiempo para sí mismo, y aunque a Jk, eso le pareció algo sorpresivo, no refutó, solo se quedó callado escuchando las palabras de su Manager y su gran preocupación, pues se podía notar las ojeras de Jk a  miles de kilómetros.
Todo aquello producto a la pérdida de un ser amado. Jk había perdido a su abuela materna.

Y aunque ya había pasado un año de aquello, Jk por alguna loca razón, no podía olvidar aquella hermosa mujer, que se veía fuerte, pero que de pronto dejó de brillar, todo a causa del cáncer.

Se lamentaba por no cuidarla mejor y que justo el  día en que murió su amada abuela, jk estaba de gira, y no pudo atender lo que sería la última llamada de la sra.

Todo aquello atormentaba a Jk día y noche, Despertando en las madrugadas, pidiendo un tiempo, pidiendo una oportunidad, pero nada ocurría. Si la vida le diera una segunda oportunidad, la aprovecharía  sin dudar.

Pero ahí estaba. Perdido en su mundo, mientras que su Manager le hablaba y le explicaba su próximo viaje a un lugar en total desconexión, tal vez lo que necesitaba él, era un viaje no precisamente a un lugar remoto y sin internet, no. Por el contrario, iba a viajar a lugares lleno de color, pero sin celular, sin tablet, nada. Debía conectarse y ese método era la que había pensado su Manager.

Jk observaba como las gotas de agua caía, había empezado la temporada de lluvia, y el odiaba la lluvia, le daba nostalgia, recordaba la taza de chocolate caliente que la abuela le preparaba y las cosas hermosas que un niño de 6 años disfrutaba cómo la cosa más hermosa del planeta, una tarde en un fuerte hecho por almohada y sábanas o las tardes de hacer galletas, bueno, eso sí quedaba masa de galletas, o las noches de ver películas,o las historias que contabas la abuela, muchas de esas historia eran inventadas por ella, pero siempre el protagonista era jk, cosa que amaba aquel chiquillo, amaba ser amado por la única persona real en su vida, sus padres eran sus padres, pero no había mucho que buscar, su abuela era su mundo entero, siempre con él en todo momento.

Y sin darse cuenta, ya estaba derramando lágrimas. —siempre tan sensible.— Pensó limpiándose la cara de manera tosca.

—Entonces que me dices?, Te gusta Brasil? Ahí Verás muchos colores, puede que conectes tu lado artístico, es una oportunidad única.

Jk no reacciona ante el nombre del país.

Pero cuando iba a preguntarle del porque quiere llevarlo a Brasil, es interrumpido por una llamada que recibe Kiki (Su manager)

—Sí. Claro, podemos vernos en la noche, pero por favor sin nada de reporteros.

Cuando ustedes se reunieron con mí representado, ustedes grabaron la conversación, ese día estuvimos a punto de demandarlos. Pero Jk fue muy bueno, así que no quiero que ocurra algo como eso nuevamente,
De lo contrario, la demanda que les voy a meter va ser tan grande, que los bastará tres generaciones para pagarlo.

¿CELOSO?Donde viven las historias. Descúbrelo ahora