Mr. Alexander Blake

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Alexander Blake

Ella no me hablaba en todo el camino a la casa.

-Amor- la llamé mientras colocaba mi mano libre en su muslo

- ¿Enserio eso paso? – sentí su mirada sobre mi y solo asentí

- ¿Por qué? – la miré un segundo cuando me detuve en una luz roja

-Había una chica antes de que todo ocurriera con la idea de tenerme con ella y Mark lo único que le vino a su cabeza fue juntar sus labios con los míos, pero amor tu besas mil veces mejor- sonreí tomando su mano

-Me haces sentir rara esta confesión- la sentí sonreí

-Pero si evito que te enamoraras de otra tipa lo perdono- mi corazón ya se sentía más tranquilo

Volví a dirigir mi mirada en el camino

-Es lindo verlos felices- sentí como su mano acarició la mía

-Si esos dos se aman mucho y se que era una noticia difícil para Mark, pero me siento muy feliz por él- sonreí mientras continuaba conduciendo

-Si anoche hable con Leah para que lo entendiera y no pensara que él no ama a su bebé por venir simplemente que lleva años pensando que es estéril cuando en realidad no lo es- asentí

Cuando llegamos a la casa mis hijos fueron los primeros en irse a un lado de la sala para jugar juntos.

-Te extrañe anoche en la cama- la abracé mientras la sentaba sobre mi en el sofá

-Yo también a ti- beso mis labios

- ¿Encargamos el tercero? – quería convencerla, pero solo se negó mientras se ponía de pie

-Iré con los niños- susurro mientras subía a su habitación

Me tocaba cocinarles algo y no me quejaba.

Mientras cocinaba mi mente solo me torturaba.

¿Para cuando la comprometes?

Era una de las preguntas que me hacía

No sabía cuando debía ser el momento correcto.

Ni siquiera me sabía su tamaño de anillo.

-Amor saldré a comprar unos materiales para una tarea de Cailin- apareció con mis hijos

- ¿Se van todos con mamá? – mire a los dos traicioneros quienes se pegaron a ella como lapas

-Saben que ella es mía- los señale mientras negaban

-Mami es de nosotros- Cailin me saco la lengua y me sentía traicionado por mi hija

-Has cambiado mucho señorita- la señale con la cuchara del arroz

-Bueno te veo ya mismo- me envió un beso por el aire y se fue

-Eso es lo único que me deja, un beso volado que ni me llega a la boca- me queje continuando con mi cocina

Mientras el arroz se hacía comencé a buscar en mi celular diferentes modelos de anillos.

No quería que fuera uno tan común.

Quiero que ella pueda notar la dedicación que tuve sobre este planteamiento, pero como todo no podía ocurrir como quería recibí una video llamada en medio de mi búsqueda

Video llamada

En segundos apareció frente a mi Mark.

- ¿Qué paso? -