Te prometo

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—¡Gu'eeee! —gritó el pequeño Mao Kuan en cuanto vio al gato en medio del salón.

—Mao Kuan, los zapatos —dijo Xiao Zhan a espaldas del menor.

Dejó a un lado los suyos y caminó hacia el pequeño para quitarle los tenis.

—Papi, ¿Cómo se potó Gu'e?

—Se portó muy bien. De echo, te extrañó.

—Yo tamién te estañé, hemanito.

Xiao Zhan sonrió cuando escuchó al menor decir eso y se llevó enseguida las manos a la tripa.

—A-Kuan, ¿Quieres hacer algo?

El pequeño miró alrededor del departamento. Estar con su papá Zhan le gustaba, pero sin duda extrañaba su habitación de juguetes en su casa.

—¿O quieres ir a casa de tía Nan Nan? —sugirió.

Faltaba una noche para navidad, pero creyó que era más seguro estar con ellos.

—¡Sí! ¡Sí quero! ¿Podemos lleva a Gu'e?

—¡Iré por la canasta de viaje!

El menor siguió a su papá con el gato en los brazos. Prepararon sus cosas y salieron del departamento nuevamente.

Xiao Zhan trataba de ir alerta. No se tragaba esa historia de que Guan Hong había salido de viaje.

Manejó un buen rato por la ciudad. Ya estaba oscureciendo y algunos edificios comenzaban a encender sus luces.

Al llegar a la zona recidencial de Song Nanxi, el pequeño Mao Kuan se había quedado dormido.

Xiao Zhan llamó a su amiga antes de bajar del auto con el pretexto de que necesitaba ayuda para sacar las cosas del auto.

Estaba actuando demasiado paranoico, sí, pero no quería arriesgar a Mao Kuan.

—¡Zhanny! —se escuchó de repente.

La mujer llegó hasta ellos y sólo así, Xiao Zhan levantó los pestillos del auto y bajó a abrir la cajuela antes de bajar a Mao Kuan.

—¿Me ayudas con sus cosas?

—¿Lo vas a cargar tú? —Zhan asintió —No, Zhanny, es peligroso para el embarazo. Yo me lo llevo a él y tú lleva las cosas y al gato.

Caminaron los pasos que lo separaba de la puerta principal platicando sobre sus preparativos para la cena. Nanxi hablaba de los platillos y ensaladas que iba a preparar al día siguiente y lo único que logró fue abrirle el apetito a Xiao Zhan.

—Venga, que hoy he hecho una crema de garbanzos buenísima.

Entraron a la lujosa casa de Nanxi. Ella se llevó enseguida a Mao Kuan a la habitación de huéspedes.

Xiao Zhan liberó a Gu'er y el felino enseguida se dirigió al árbol artificial de navidad blanco que Nanxi había instalado en el salón.

—¡Zhan! ¡Creí que te veríamos hasta mañana! —Jiacheng apareció de repente en el salón y tomó asiento junto a Xiao Zhan.

Habían pasado pocos días desde la última vez que se habían visto, pero el mayor detectó enseguida que algo andaba mal con su amigo.

—¿Qué pasa? —preguntó al notar como Zhan jugaba con sus manos de manera nerviosa.

—¿Estáis seguros que Guan Hong está fuera? ¿Que no vendrá el día de mañana? —Jiacheng asintió.

—¿Por qué lo preguntas, tío?

Triste Sonrisa | MPreg [YiZhan]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora