y me aceptó.

4.1K 535 81
                                    

Después de que Xiao Zhan salió del apartamento, dejó una atmósfera tensa entre los presentes de la fiesta.

El señor Xiao estaba más que furioso. Primero con Yibo, que había permitido la entrada de Xiao Zhan al apartamento. Después, con su hijo y su arrogancias y para culminar, su esposa había salido a buscarlo.

—¿El que venía con él era... Guan Hong? —le preguntó el señor Yong a la señora Yao.

—Me pareció que sí.

—¿Chen Guan Hong? ¿El director de Happier Dum? —preguntó de pronto Wang Hedi.

En ese momento, Yibo se acercó más a la familia reunida ahí.

—¿Le conocías? —preguntó a su hermano —¿Y vosotros?

Hedi asintió y explicó de forma superficial la razón de la que conocía a Chen Guan Hong, y quien terminó de resolver las dudas a los demás, fue la señora Yao.

—El joven Chen Guan Hong fue el novio de A-Zhan cuando entró a la universidad. Sólo lo trajo una o dos veces a comer aquí. El resto de tiempo A-Zhan era quién se iba con él, pero, después el joven Chen terminó sus estudios y a los pocos meses A-Zhan ya salía con otro joven. No volvimos a ver a Guan Hong por aquí.

La información que daba la señora Yao, llevaba a todos a pensar en la probabilidad de que eran amantes cuando Zhan seguía viviendo con Yibo y que simplemente huyó con él.

Para todos parecía lógico y cada quien en su cabeza, se lo estaba imaginando. Excepto el señor Xiao. Él pensaba en otra cosa, y era que los Gu sabían todo este tiempo dónde había estado Xiao Zhan y se lo ocultaron.

«Bien... Hace mucho que no voy para Happier Dum... Una visita de sorpresa no les caería mal» pensó el señor Xiao.

La señora Choi regresó al cabo de un rato y fue recibida con una mirada furiosa por parte de su marido, mientras que los demás, intentaron comprenderla, aunque les era imposible olvidar lo que Xiao Zhan le había hecho a Yibo y Mao Kuan en el pasado.

—Sigue siendo mi hijo —dijo ante la mirada de su esposo.

Nadie mencionó una palabra más. Y en poco rato se fueron todos.

Al final se quedaron Sung Joo y Yi Xuan, tratando de hablar sobre lo que Yibo estaba sintiendo. No tuvieron éxito y más tarde, terminaron por irse también.

—Papi... —habló Mao Kuan, buscando a su papá Yibo en medio de su habitación.

—¿Qué pasa conejito? —Yibo tomó al menor y lo llevó con él a su cama, acurrucándose con su hijo.

—¿Te nojate comigo? —el menor, en sus manos llevaba el peluche de Gary que su tío Hedi le había regalado y jugueteaba con él para evitar ver a su papá a la cara.

—Claro que no, bebé. ¿Por qué lo haría?

—Poque quise eta con mi papá Zhan y quise ime con él.

Yibo abrazó a su pequeño y besó su coronilla.

—Jamás podré enojarme contigo. Eres mi vida.

En ese momento, Wang Yibo pudo comprender a la señora Choi.

Por muchos errores que fuera a cometer Mao Kuan en el futuro, no podía dejarle solo si todo el mundo se iba en su contra. Es su hijo, lleva su sangre, lo vio crecer. Lo ama.

—Papi... ¿Tú queres a mi papá Zhan?

Yibo suspiró. ¿Cómo era posible que Mao Kuan adivinara tantas cosas siendo tan pequeño?

—No lo sé, Maomao.

—¿Po'qué?

—Sólo no lo sé.

Se quedaron en silencio después de eso.

Yibo en ese punto de la noche, ya no sabía qué sentir. Hasta hace veinticuatro horas, algo dentro de él creía estar enamorado de su ex. Pero al verlo por la tarde, tan cambiado, tan frío... Tan nuevo, cambió sus sentimientos.

Ese nuevo Xiao Zhan que vio le gustaba, sin duda, pero, ¿Amar?

༲࿆༫࿆࿂࿆༗

El fin de semana posterior al cumpleaños de Mao Kuan, el menor no volvió a mencionar el nombre de Xiao Zhan frente a Yibo ni a nadie.

Y los demás, simularon no haberlo visto de nuevo.

La única esperanza que el pequeño tenía era verle el siguiente viernes.

En su calendario de Bob Esponja, comenzó a tachar los días después de su cumpleaños.

Su maestra le había enseñado a encontrar el viernes y dibujó ahí un corazón para no olvidar que ese día vería a su papá Zhan.

Mao Kuan había también guardado en su escondite secreto la tarjeta que Xiao Zhan le había dado. Aún no se aprendía los números después del siete, pero haría su mejor intento para que el jueves por la noche, pueda llamar solito a Xiao Zhan sin que nadie se lo impida.

༲࿆༫࿆࿂࿆༗

Choi Siu Fan se pasaba de un lado a otro por su oficina. Shi Feng, su asistente, la miraba desde su lugar de trabajo.

Llevaba al menos un cuarto de hora que se había puesto a caminar así, pero antes, había jugado con el ratón de su computador, haciendo clics al azar y pateando con la suela del tacón en piso de una forma desesperada.

—Disculpe que me meta, señora Choi, pero ¿Y si le llama?

La nombrada de llevó la mano a la boca y mordisqueó su uña.

—No. No sé si siga con ellos o si ya venga en camino, no sé nada.

Sintió pronto que el corto cabello le estorbaba la cara. Uso su dos manos para pasarlo detrás de la oreja y respiró profundo.

No iba a lograr nada si seguía así.

Se sentó de nuevo en su silla y sacó su móvil.

—Shi Feng, ¿Encontraste lo que te pedí?

—Sí —la chica se puso de pie y llegó hasta el escritorio de su jefa, luego, extendió una carpeta —No Encontré mucha información, al parecer no tiene redes sociales, pero espero que esto le sirva.

—Gracias. ¿Guardaste  los enlaces? —Shi Feng asintió —bien, no los borres, quizá te los pida.

Respiró despacio y después, abrió la carpeta.

Sacó las hojas una por una y estudió el contenido. A decir verdad, poco le importaba, sólo se enfocaba en una sola cosa: su hijo.

Pasó hoja por hoja viendo aquellas capturas de diferentes redes sociales dónde había un minúsculo detalle de Xiao Zhan.

—Song Nan Nan...

El perfil de la chica era quien mayor número de publicaciones tenía.

Era una mujer mayor a su hijo pero, en las pocas fotos que encontró con él, se veía que le quería.

—G. Hong Hong —repitió mientras veía las siguientes capturas —se ve que le tratas bien...

De pronto, se preguntó qué es lo que había pasado con Zhan, por qué se había marchado así sin más.

No quería creer lo que dijeron los demás de él, de qué había huido con un amante. Necesitaba verle, saber de su propia boca la verdad.

Quería conocer el secreto de su hijo.

Pero primero, tenía que saber qué estaba haciendo su marido en Happier Dum, y esa era su prioridad por el momento.

—Shi Feng, ¿Podrías conseguirme el número del director de Happier Dum?

Triste Sonrisa | MPreg [YiZhan]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora