Triste Sonrisa | MPreg [YiZhan]

a perderte

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(Horas atrás)

—Tío Guan Hong, ¿A dóne vamos? —preguntó Mao Kuan, llorando, mientras abrazaba a Gu'er.

Era al rededor de la una de la madrugada y se sentía frío en el exterior. Mao Kuan no llevaba más que la pijama que Xiao Zhan le había puesto horas atrás.

—Iremos a dejarte con tu papá Yibo.

—¿Y mi papá Zhan? ¿Po'qué lo dejates ahí?

Guan Hong aumentó la velocidad del coche y evitó responder durante algunos minutos. Cuando miró al pequeño a través del espejo retrovisor, finalmente habló:

—Tu papá ya no te quiere ver más. Por eso te llevo yo a casa.

Mao Kuan sabía que aquellas palabras eran falsas. Su papá Zhan lo quería tanto como su papá Yibo. Y también sabía que nunca lo volvería a dejar.

—No es cieto. Etás mintiendo. ¿Qué le pasó a mi papá Zhan?

El pequeño niño comenzó a preguntar, cada vez más furiosos de no recibir una respuesta.

Guan Hong aceleró más el coche. Quería llegar a Luoyang cuánto antes.

Estaba arrepentido de haber cogido al niño y al gato.

¿De qué le servían? ¿Para extorsionar a Xiao Zhan? ¿Para herir a Wang Yibo? Quizá para esto último sí.

Guan Hong sabía lo importante que era el crío para Yibo, en cuanto supiese que su hijo había sido robado, su mundo de colores se destrozaría. Guan Hong sonrió sólo de imaginárselo. Así sería como un cobro, un intercambio.

Wang Yibo se había robado el corazón Xiao Zhan y ahora él le robaba a su hijo.

«Un buen intercambio» —pensó éste.

No tenía ni puta idea de qué hacer con el menor, pero ya pensaría en algo. Quizá lo deje bajo un puente, a su suerte. O quizá lo lleve a algún sitio abandonado y al gato... ese sí se lo quedaría... Lo que sea pero que sea antes del amanecer.

Él tenía que huir. En cuanto alguien se diera cuenta de lo que sucedió en el departamento comenzarían a buscarlo.

Ir a Pekín ya no era buena idea, el móvil lo había dejado allí y rastrearían de nuevo la ubicación.

Se pasó el siguiente semáforo en rojo y entonces se le ocurrió el lugar perfecto para esconderse y quizá, para dejar al niño.

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(Departamento de Xiao Zhan, hora actual)

Dentro del departamento, Song Nanxi trataba de hacer reaccionar a Wang Yibo. 

Después de darle la noticia del pequeño Mao Kuan, el hombre menor frente a ella quedó completamente en shock.

—Nancy, llamé a mis padres, vienen de regreso e irán directamente al hospital a cuidar de Zhan, ¿Puedes hacer contacto con sus padres?

—Ya lo he hecho. También ya me comuniqué con Wang Hedi. Él y su familia vienen para acá.

Gu Jiacheng, con calma, se puso frente a Wang Yibo, que estaba pálido como el papel.

—Yibo... Iré con la poli a levantar la un acta en contra de Guan Hong. Tienes que acompañarme, a poner una alerta de secuestro al menor.

Yibo negó con la cabeza. Seguía negándose a creer que su único hijo se encontraba en manos de aquel hombre. 

Seguía mirando dentro del departamento, con la esperanza de que apareciera corriendo hacia él. Miró sobre la mesa un rompecabezas destruido y los muebles desordenados. Sea lo que sea que haya pasado ahí, fue un evento que no quería imaginar. Mucho menos si el pequeño estuvo implicado dentro de él.