En su cumpleaños

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(Por Yibo)

Una tarde antes del cumpleaños de Mao Kuan, salí con Sung Joo y Yi Xuan a comprar el regalo que ellos le querían dar a mi pequeño y a Mao Kuan lo dejé a cargo a mi mamá, pretextando que tenía trabajo del cole.

Después de visitar algunas tiendas departamentales, encontramos una cafetería nueva y decidimos comer ahí.

—¿Y qué piensas darle tú a Mao Kuan? —me preguntó Sung Joo.

—Quizá nada. Cada año le lleno de regalos. Ahora que sus tíos sean quienes le lleven detalles.

—Venga ya, déjate de gilipolleces. Eres incapaz de no darle algo al crío.

Sonreí. Eso era verdad.

—¿Conocéis la tienda "Wang Wan Ji"? —ellos asintieron —pues pienso llevarle ahí y que el escoja lo que le guste.

—Oye, ¿y no quisieras ser el padrino de la pequeña Zhou Kim? —preguntó Yi Xuan.

Me reí.

Un camarero alto llegó hasta nosotros con una libreta y boli en la mano. Por hablar de regalos, no había visto el menú.

—¿Qué se os ofrece para comer? —preguntó.

—Yo quiero... Una tarta de zanahoria... No, no, mejor... Un imposible con crema de arándanos... No, sin arándanos, que sean duraznos y de tomar...

—Joo-joo, el joven no tiene tu tiempo —replicó Yi Xuan —¿Puedes traerme a mí una crepa de pepperoni.

—Claro, ¿Y a usted? —me preguntó ahora a mí.

—A él consíguele una cita contigo —dijo Sung Joo, haciendo que alce mi vista hacia él —por cierto, de beber quiero una malteada de avellanas.

—Sung Joo... —mi amigo se rio y acarició su barriga —Humm.. ¿Puedes traerme una hamburguesa doble sin cebollines y una Coca-Cola?

—Enseguida regreso.

El chico se dio la vuelta y marchó en un dos por tres.

En cuanto sentí que no podía escucharnos, me acerqué a Sung Joo para reclamarle lo que había hecho.

—Vamos tío, que bien sabes que te hace falta conocer a alguien. Y déjame decirte que este chaval no te quitaba la vista de encima cuando llegamos y se ha puesto rojo como tomate en cuanto le he dicho de la cita.

—Sung Joo, no estoy interesado en nadie.

—Vale, eso me lo has dicho un montón de veces, pero no perderías nada intentando salir a citas.

Mi amigo ha intentado un montonal de veces conseguirme citas y en todas ha fracasado.

El chico llegó al cabo de quince minutos con nuestra orden. Comimos en paz y mis colegas no se molestaron más con el asunto de conseguirme una cita y se los agradecí, aunque en el fondo sé que no dejarán de insistir aquí.

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(Por Wang Yibo)

Al día siguiente, fue el cumpleaños de Mao Kuan.

Por la mañana, el señor Yong llevó a mi hijo al cole temprano y también me pasó a dejar al mío.

Mis alumnos sabían que era un día especial para mí, y tan lindos, me llevaron varios regalos para Maomao.

—Chicos, no teníais que hacer esto. Os agradezco de corazón —les dije con sinceridad cuando al finalizar las clases, me ayudaron a llevar las bolsas a la camioneta del señor Yong.

Triste Sonrisa | MPreg [YiZhan]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora