y recompensar

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(por Wang Yibo)

Desperté al día siguiente.

La cama dónde estaba recostado me era desconocida. Incluso la blanca habitación me resultó alertante.

Abrí los ojos y recorrí la mirada por el lugar.

Parpadeé un par de veces y bastó ver mi teléfono con la foto de Xiao Zhan y Maomao en la pantalla para recordar todo lo que había pasado.

—¡Mao Kuan! —me levanté de golpe y sentí la cabeza mareada. Estaba débil.

Eran las diez de la mañana. Habían pasado veinticuatro horas.

Salí de la habitación y caminé por la casa. No fijé en detalles, necesitaba encontrar a alguien que me diera respuestas.

—¡Yibo! —mi madre fue la primera en verme. En el comedor, estaban mis papás, la señora Yao y los amigos de Zhan.

Mi madre se levantó de su lugar y llegó hasta mí.

—¿Y Mao Kuan? —aventuré en preguntar.

—Aún no sabemos nada.

Me senté con ellos y la señora Yao me extendió un plato de fruta. Pero sólo de verlo sentí náuseas.

—¿Y Xiao Zhan? —me atreví a preguntar esta vez —¿Qué le hizo el infeliz? He visto que se lo han llevado en una camilla.

Hubo un silencio en el salón y todos evitaron levantar la cabeza. Casualmente, se detuvieron a ver a detalle los letreros de Se Busca con la foto de mi niño.

—Os he preguntado algo. ¡Responded, por un coño!

La primera en hablar fue Song Nanxi.

—A-Zhan está bien, Yibo. Hace poco recuperó la conciencia —hizo una larga pausa y finalmente añadió: —¿Crees que puedas ir a verle? Él necesita decirte algo.

«No. No quiero verle» —pensé. Pero me engañaba a mi mismo.

Una parte de mi necesitaba estar con Xiao Zhan, lo deseaba. Pero la otra, aborrecía la idea. No quería verlo jamás.

Tenía dos sentimientos encontrados para con él.

—Hijo —habló mi padre —ve con A-Zhan. Él también es una víctima de esto y te necesita.

Lo miré, sorprendido de sus palabras.

Jamás creí que mi familia, mucho menos mi papá, me aconsejara ir en busca de Xiao Zhan.

Todos en la mesa siguieron hablando de los puntos que iban a recorrer para repartir los folletos de Mao Kuan y yo me preparé para ir al hospital.

Al cabo de una hora y media, llegué al hospital acompañado de Song Nanxi.

La señora Choi se puso de pie en cuanto me vio. No se encontraba el señor Xiao, pero sí otro señor que pude reconocer como uno de los padres de Gu Jiacheng.

—Yibo. Hijo —llegó hasta a mí y me acarició la mejilla con ternura.

Por el rabillo del ojo, observé que Song Nanxi hablaba con el padre de su novio.

—¿Quieres ir a verle ahora? —preguntó Siu Fan —¿O esperas un poco más?

El corazón se me aceleró cuando pensé en lo que iba a hacer y sentí un cosquilleo en mi interior. Sin saber por qué, estaba nervioso.

—Quiero ir ahora —dije firmemente.

Aguardé unos minutos más mientras el otro padre de Gu Jiacheng salía. Mientras tanto, todos me decían que debía ser cuidadoso con lo que dijera y hablara con Xiao Zhan. Y sobre todo, me dijeron también que no podía mencionar lo de Mao Kuan.

Triste Sonrisa | MPreg [YiZhan]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora