Triste Sonrisa | MPreg [YiZhan]

no volver

(por Wang Yibo)

Desperté al rededor de las dos de la noche.

A mi lado se encontraba Zhao Lei. Completamente dormido.

Me levanté y me dirigí al ventanal de cristal y descorrí un poco la pesada cortina. Fuera, en las calles, habían coches que pasaban como si fueran las ocho de la noche. A escasos metros, se escuchaba la aún potente música de un bar y también podía ver que había parejas que entraban por el mismo lugar que yo.

Pero al menos ellos se veían más animados a follar.

Escuché que Lei se removió en la cama. Me giré a mirarlo, pero únicamente cambió de posición. 

Estaba arrepentido de traerlo aquí.

Ni siquiera recuerdo cómo llegamos... Sólo sé que hace varias horas estábamos en el bar y nos empezamos a besar y fui yo quien le sugirió venir aquí. 

Eché la cabeza hacia atrás y me golpeé suave contra la pared. 

—«¿Por qué? ¿Qué hacíamos aquí?» —pensé. Ni siquiera follamos. —«¿Por qué no nos fuimos en cuanto ambos notamos que nuestra intención no era llegar más allá de los besos?»

Pensé en Mao Kuan... mi pequeño... Desde hace un par de horas que estoy soñando con él y no sé por qué.

Caminé por la habitación en busca de mi teléfono. Lo encontré dentro de la cazadora de cuero. 

Tenía tres llamadas perdidas de Xiao Zhan de hace cinco horas. ¿Habrá pasado algo?

Mi corazón comenzó a latir. No, si hubiera sido alguna emergencia, Xiao Zhan no habría dejado de insistir. 

Desbloqueé la pantalla y encontré la notificación de un buzón de voz. Seguramente era de él.

—Hola Yibo... Soy Xiao Zhan... que estúpido, es obvio que lo sabes... hum... tengo que decirte algo muy importante. Es sobre nosotros... Yibo, yo... me acabo de dar cuenta que todavía siento algo por ti y creo que si no te lo digo ahora, más tarde me arrepentiré. Yibo, te quiero. De verdad te quiero, lo siento completamente en mi corazón. Necesito verte... ¿Puedo ir a vuestro departamento? Cogeré a Mao Kuan y estaremos ahí en un par de horas. Yibo... tengo que decirte que tú y yo seremos...

El mensaje terminaba ahí, con la voz de Xiao Zhan apagándose al final de la frase.

Volví a reproducir el mensaje. ¿Había escuchado bien? Xiao Zhan me estaba diciendo que sentía algo por mi, ¿era cierto? Después de escucharlo varias veces, sonreí. Sonreí como gilipollas frente a la pantalla y sentí mi estomago con mariposillas. 

Llamé por teléfono  a Xiao Zhan, si era verdad que iría al departamento, debió haber llegado hace varias horas.

—El número que usted marcó... —colgué y volví a intentar —el número que usted marcó...

—¿Qué mierda? —me dije mientras llamaba al departamento. No contestó nadie tampoco.

¿Y si se quedó sin batería y están en el edificio esperando mi regreso? Xiao Zhan ni Mao Kuan tienen llaves del departamento.

O a lo mejor seguían en casa de Xiao Zhan. Busqué en mi teléfono el número de su departamento, pero ése no lo tenía.

Me levanté de mi lugar y encendí la luz de la habitación. Busqué mis zapatos y rápidamente me los puse sin desamarrar la agujeta.

—Lei... Lei... —le hablé al chico durmiente en la cama.

—¿Qué pasa Ge...? ¿qué hora es?