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En el año 1984 se formó una de las mayores organizaciones criminales de Argentina: "Anfibios". Su nombre se debía al apodo del líder, el cual es: Sapo. Sapo y Anfibios son cosas diferentes compactadas en una misma.
Para empezar, Anfibios se originó como una guerrilla opositora de extrema derecha.
Entre 1976 y 1983, Argentina sufrió un golpe de Estado liderado por militares, principalmente por partidos de extrema derecha. Raúl Alfonsín (partido de izquierda) asumió el mando en el 83'. Ahí mismo interviene Anfibios. Ellos buscaban el regreso de la dictadura.
Lo fantástico es que todo fue una farsa. En realidad, Anfibios no se centraba en el regreso de la dictadura, usaron de excusa la política para que cierto grupo de la sociedad los defienda. Su principal fin giraba en torno a la mafia, también incluida: la venta ilegal de armas, tráfico de personas y tráfico de narcóticos (droga).
Por otro lado, tenemos a Sapo. Él es una entidad formada por personas para dirigir a Anfibios. Al hablar en plural, significa que Sapo está compuesto por varias personas, esto con el fin de no derrumbar su imperio es caso de que alguno vaya preso.
El 29 de abril de 1993, Rey cumplió 13 años, y Dante cumplió 29 años (ya debutando en la A.P.PA).
A pocas calles de la casa de Rey vivía un sujeto particular. Según los vecinos, este sujeto llevaba rameras a su casa.
El olor a marihuana que irradiaba ese hogar era irrespirable.
Los Benavides ya conocían a este sujeto, pero,  él Padrino y Dante lo tenían en la mira. Resulta ser que habían sospechas de que él podría ser un integrante de Sapo. Jamás pudieron procesarlo, principalmente por falta de pruebas.
A partir del 5 de agosto, Rey comenzó a fumar. Su primera caja de cigarros fueron unos: Marlboro box. En cuanto a la compra: inconvenientes no habían ya que sus 13 años aparentaban 22.
Una calurosa tarde de noviembre de 1993, Rey vio por primera vez al Sujeto.
Él estaba fumando sus Marlboro box mientras esperaba el autobús para ir a su instituto (rendía en turno tarde). De repente, El Sujeto pasa por enfrente de Rey. Se ve que iba hacia algún lado. Lo mira al joven, se detiene y le pide fuego.

-Hola ,pa. ¿Me pasas fuego? Por favor.

-Yo te conozco... ¿Cómo era tu nombre? - Pregunta Rey-.

-No es importante, ¿Me podrías pasar fuego? -La pregunta de Rey incomodó al Sujeto -.

-Te doy fuego si me das tu nombre- Contesta un valiente Rey -.

Sus miradas conectaron incómodamente. De un momento al otro, el Sujeto suelta una sonrisa pícara. Siguió mirando a Rey, sacó un cigarro del bolsillo (aparentemente de marihuana) y le da su nombre al joven.

-No tengo nombre, pero mis amigos me llaman Sapo.

Un ingenuo Rey sonríe.
Resulta ser que el trabajo de Dante es 100% confidencial. Quién diría que el pequeño niño fumador tendría en frente a una de las mayores mentes criminales de Sudamérica.
Rey satisfecho con la respuesta de Sapo, le entrega su encendedor rojo de la suerte. Sapo se prende el cigarro y se sienta al lado de Rey a esperar el colectivo.

-¿Es verdad que fumas marihuana?

-¿Tanto se siente el olor?- Sapo se ríe y mira a su compañero. -Si, niño, fumó marihuana, ¿Queres probar?

Ese sospechoso cigarro sí resultó ser marihuana.
Rey deseaba probar por primera vez, pero su consciencia le decía que no. Las drogas son ilegales y su hermano es policía. Rey jamás probaría esa porquería.

-¡Obvio, dame!- Toda la explicación fue en vano porqué Rey no tardó ni 3 segundos en aceptar -.

Le metió una buena y duradera pitada; llegando al punto de llenar sus pulmones de humo. Inhaló, mantuvo el humo un largo rato para luego soltar todo. Una nube de "aire" inundó la estación de autobús. Más tarde, llegó la famosa tos.

-In...creíble- Comentó Rey fascinado con: lágrimas en los ojos por la tos -.

-A qué sí- Respondió Sapo-.

Ese día, Rey no fue al colegio puesto que se quedó dialogando con su nuevo amigo. A lo que Sapo le propuso algo.

-Flaco, escúchame. Me caes muy bien. Siento que le podrías hacer bien a mí negocio.

-¿Negocio?

La hostilidad de Rey era impresionante, cómo si se trata de de un niño de 9 años. Sin saberlo, esa sería la primera gran mentira hacía el chico.

-Claro, hijo, negocio. Una pregunta, ¿Te gustó lo que fumamos?

-¡Obvio!

-Entonces, si vos disfrutaste, ¿Por qué otros no?

Rey no entendía la indirecta, su cara seguía pareciendose a la de un imbécil.

-¿En qué te perdiste?

-En todo

-Yo te entrego la marihuana y vos la distribuis, fácil, ¿No?

-Mi hermano es policía...- Retrucó Rey-.

La cara de Sapo cambió por unos segundos. Parecía preocupado por algo, como si escondiese algo. Su preocupación duró un  segundo porque luego peló una sonrisa.

-Lo sé. Dante se llama, ¿no?. El consumo individual no es delito. A parte me conoces, y sabes que no ando en nada turbio. Vos confía en mí. Pensa en la plata. Podrías ganar 2 mil pesos al mes y el respeto de los clientes.

La manera de narrar su discurso era admirable. Seguridad, persuasión, tranquilidad y confianza son una de las cualidades de Sapo. También, hay que recordar la falta de cariño externo y el bullying que sufría Rey. Él lo consideraba parte de su reducido entorno social.

-Con tal de ayudarte lo hago.

-Lo único. No descuides tus estudios- Respondió Sapo con una sonrisa de oreja a oreja -.

Los dos nuevos socios se dieron la mano y cerraron el trato.  Al día siguiente, Rey comenzaba su nuevo emprendimiento

El Disparo De ReyDonde viven las historias. Descúbrelo ahora