Capítulo 12

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  Era complicado acomodar a todos los Habitantes, ya que el espacio se volvía reducido para más de sesenta personas.

  Ayudé a repartir las mantas. Casi nadie hablaba, sólo se oían susurros de vez en cuando. Subí silenciosamente la escalera, pero era imposible: los viejos escalones de madera crujían debajo de mis pies. 

  En la segunda habitación estaba Chuck, que no dudó ni un segundo en acercarse a mí.

-________, creo que tengo miedo.

-Tranquilo, es normal. Yo también lo tengo. Lo mejor será que vayas a dormir, ¿sí?

  Asintió y volvió a su lugar. 

  Estaba por abrir la puerta del otro cuarto pero alguien más lo hizo desde dentro. Al abrirse ésta, Alby salía con sus llaves en la mano, dejando a Minho, Thomas y Newt algo sorprendidos.

-¿A dónde se dirige? – Pregunté sentándome en el borde de la cama.

-Ese shank quiere quedarse toda la noche revisando los mapas. – Respondió Minho.

  Si ninguno se lo había impedido, yo tampoco podía hacerlo. Espero que haya llegado a la Sala a tiempo.

  Más chicos se instalaron en el suelo de la habitación; Newt se había apoderado de la cama. Revisé una última vez por los espacios libres de la ventana que había sido cubierta por tres amplios tablones de madera: la tenue luz que había al amanecer seguía siendo igual, y parecía que no iba a cambiar. A parte de eso, no se veía nada raro.

  Me senté en el borde de la cama, para procesar lo que iba a ocurrir. Newt alcanzó mi mano para entrelazarla con la suya, e invitarme con la mirada a acostarme a su lado. Lo hice, pero me quedé observando el techo, sumida en mis pensamientos.

-Estaremos bien. – Susurra él, quizás notando que esos pensamientos no eran tan buenos.

  Luego giro para quedar en frente suyo, y dejar que me envuelva en sus brazos. No fue hasta cerrar los ojos que me di cuenta que estaba cansada.

  El ruido de los motores y el repiqueteo de las filosas garras me despertó, al igual que a los Habitantes del piso, y seguro a todos los que estamos en la Finca.

  Newt está levantado, callando a todos en completo silencio. Thomas y él se asoman por la ventana. Después retroceden; el rubio vuelve a sentarse en la cama dándome una mirada tranquilizadora, comunicándome que todo está en orden. 

  Los gemidos de las bestias no cesaban. Todos estaban tensos, inmóviles, asustados. Algunos se estremecían con cada ruido que indicaba que esas máquinas se acercaban a la Finca.

  Las cosas se pusieron peor cuando se escuchó las garras de un Penitente hacer crujir la pared de madera. El viejo y arruinado edificio se sacudía cada vez que afirmaba una de sus garras para subir aún más. 

  Por instinto, nos empezamos a mover lentamente hacia el lado contrario de la ventana, amontonándonos, sin quitar la vista de ésta. Rayos de luz roja se colaban por las rendijas: los escarabajos ayudaban con sus sensores a ubicarnos.

  Al estar la criatura justo frente a la abertura, los únicos sonidos humanos que se escuchaban eran las respiraciones de los Habitantes.

  Nadie esperó que la puerta se abriera de golpe, y menos que la persona que lo hubiera hecho fuera Gally.

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Capítulo corto, sí, pero tenía que cortar aquí.

Como siempre, gracias por votar y leer!

[#2] The Maze Runner: Life Goes On (Newt y Tú) Correr o MorirDonde viven las historias. Descúbrelo ahora