Capítulo 13

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  Con un rápido golpe Newt tiró a Gally al suelo, y empezó a estrangularlo. Al instante, yo y cuatro chicos más corrimos para separarlos. 

  Levanté a Newt y lo hice retroceder unos pasos. Tenía los brazos tensos y sus venas eran notorias, además de la respiración agitada y el rostro marcado por la ira.

- No olvidé lo que este larcho te hizo. – Dijo intentando volver a atacar, llevándome a sujetarlo otra vez.

- No vale la pena, déjalo. 

  Me abrazó para volver a encarar al chico, que parecía un psicópata. 

- ¡Los van a matar! ¡Los Penitentes los matarán: uno por uno, cada noche!

  Nadie mostró ninguna reacción, ningún movimiento. Gally avanzó con una terrible cojera hasta Thomas, que lo observaba a nuestro lado.

- ¡Tú tienes la culpa de todo! – Le gritó; luego lo golpeó en el costado de la cara causando que cayera con un grito de dolor, pero se recuperó y levantó al segundo.

  Newt le dio un empujón, y terminó estampado contra el escritorio junto a la ventana. Sin previo aviso se arrojó contra las tablas de madera para arrancarlas de su sitio. 

- ¡No! – Gritó el rubio; corrió seguido de Thomas para evitar que prosiguiera con sus planes.

  Pero al alcanzarlo Gally quitó el segundo tablón, girándolo hacia atrás propinándole un golpe, tan fuerte que quedó tendido en la cama. 

- ¡Newt! – Estaba inconsciente. Tomé su cabeza en mi mano separándola un poco de la cama, y sentí un líquido tibio recorrer mis dedos. Sangre.

  Giré justo a tiempo para ver como la última tabla de madera chocaba contra el piso, y una explosión llenaba de vidrios todo el aire. Cubrí mi cara y lo que pude de la de Newt.

  El Penitente blandía sus garras y púas por el espacio. Todos los Habitantes salieron por el pasillo, excepto Thomas y Gally; el primero estaba tendido en el suelo. Clavé la vista en la criatura, que se acercaba con todos sus brazos hacía nosotros.

  Saqué el largo cuchillo que llevaba amarrado en el jean. Me levanté para dejar la cama y a Newt a mis espaldas, y enfrentarme a la máquina. 

Pero Gally empezó a hablar y el brazo retrocedió, como si estuviera midiendo sus acciones, pero los ruidos propios de la criatura lo obligaban a levantar demasiado la voz.

- ¡Thomas, no vuelvas al mundo! ¡No te conviene recordar! – Dicho esto se lanzó al cuerpo del Penitente, que empezó a retraerse y tomar los miembros del chico.

  Luego se retiró rápidamente: descendió la pared de la Finca y se dirigió al Laberinto, seguido de sus compañeros.

  Corrí al lado de Thomas para presenciar el espectáculo por lo que quedaba de la destrozada ventana. El morocho señaló una figura que parecía perseguir a los Penitentes. 

  Le gritamos que se detuviera; pero era tarde.

  Minho entraba al Laberinto.

  Retrocedí para volver junto a Newt, que despertaba y soltaba quejidos por el dolor, llevándose una mano a la cabeza.

- Newt, no te muevas, estás perdiendo sangre. – Le indiqué para ir al armario al otro lado del cuarto.

- Maldito garlopo… ¿dónde está ahora?

- En el Laberinto.

- ¿En el…? ¡Ah! – Gritó cuando empecé a limpiarle la herida. Lo obligué a sentarse nuevamente.

  Y valla que me estaba costando curarlo. Cada vez que me acercaba, se removía por la cama. 

- ¡Newt, quédate quieto! – Hice un nuevo intento por pasar el algodón humedecido por su herida.

- ¡Pero arde!

- ¡Pues aguanta!

- ¡Ay! 

- ¡Newt!

  

  Los Habitantes estaban sumidos en la desesperación. Unos corrían, otros lloraban. Apenas salí de la Finca, una gran humareda en el cielo desvió mi atención llevándola hasta la Sala de Mapas. Alby…

  Corrí hasta el líder, que estaba tirado en frente del edificio. La sangre lo cubría casi completamente, y seguía brotando de su cabeza. 

  El primero en escuchar mis gritos fue Winston, que se acercó preocupado.

- ¿Qué sucedió? – Preguntó el chico.

- No lo sé… pero debemos apagar eso. – Señalé a mis espaldas.

  Después de grandes esfuerzos, extinguimos las llamas. Los grandes baúles que contenían los Mapas quedaron reducidos a madera quemada, por lo tanto, también se perdieron las hojas con la información del Laberinto.

  Al salir Newt estaba agachado junto a Alby, limpiándole la sangre del rostro. Escuché que le susurraba; quizás ya estaba consciente. 

- ¡Newt! ¡_______! – Minho se hizo escuchar entre los murmullos de los Habitantes.

  Nos miramos entre ambos; los Docs llegaron para atender al líder. Nos acercamos al corredor y a Thomas.

- Vengan conmigo. – Dio como explicación, y nos condujo hacia el Cuarto Oscuro.

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Chicas c: creo que estoy triste 

¿Recuerdan cuando les pedí consejo sobre qué hacer con mi mejor amiga? Pues todo lo que hice fracaso.  Ya no es más mi amiga.

Pero igual, aquí tienen el capítulo :D

[#2] The Maze Runner: Life Goes On (Newt y Tú) Correr o MorirDonde viven las historias. Descúbrelo ahora