Capítulo 17

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La luz empezó a llenar la oscuridad. Mis ojos no terminaban de adaptarse, por lo que veía todo muy borroso. Distinguí figuras que se cernían sobre mí. Mis propios latidos resonaban en mi cabeza y aumentaban el dolor que tenía en ella. 

  Newt estaba en el suelo y me sostenía en sus brazos. Me miraba desesperadamente, mientras repetía una y otra vez mi nombre. Al reconocerlo, formé de forma inconsciente una sonrisa, pero me enfoqué en algo más importante: el aire no llegaba a mis pulmones.

  Él también se emocionó al verme despierta, pero notó mi problema, y su rostro cambió por completo. 

  Por más fuerza que hiciera, no conseguía respirar. Me llené de pánico. Quería gritar; era imposible. Las lágrimas se escaparon de mis ojos. Newt también estaba asustado y no sabía qué hacer. Un Minho sobresaltado apareció rápidamente en mi campo de visión y discutía con él. Genial. Estoy muriendo literalmente y se les ocurre pelear ahora.

  Luego entendí que el corredor le estaba explicando algo. La vista se me volvía a nublar, y ese latido que retumbada dentro de mi cabeza se volvía débil. Sin perder un segundo más, Newt me besó.

  Su aire llegó a mis pulmones, y se extendió hasta mi cerebro permitiéndome reaccionar. Cuando se separó inhalé y exhalé hasta sentirme mejor.

  Newt me abrazó, y sentí sus lágrimas en mi piel.

-Estabas muriendo, estabas muriendo... - Repetía entre sollozos. Tomé su rostro en mis manos y junté nuestras frentes.

-Estoy bien. Estoy bien. Me salvaste... 

-No sabía que hacer... ibas a morir... Minho...

  Acaricié su rostro y su cabello. Yo tampoco podía dejar de llorar. El asiático se había quedado a un costado, y también recibió un abrazo de mi parte. 

-Gracias, shank. - Fue lo único que logré susurrarle.

  No podía alejarme de Newt, y creo que él tampoco de mí. Me ayudó a levantarme, y aunque los mareos eran constantes, iba a poder mantenerme de pie. 

-¿Cuánto tiempo pasó?

-Unos... 10 minutos. - Respondió Thomas. - No entiendo. ¿No debería estar pasando por la Transformación o lo que sea?

-Los pinchazos nunca la afectaron. Tenemos que llevarla con los Docs, no pasó esto la vez anterior. - Le contestó Newt, e intentó cargarme como lo hacía siempre. Lo detuve.

-No me siento mal. Pero los chicos deben ayudarnos con el Código...

-________, tienen que revisarte. No quiero que sufras esto de nuevo.

-Por favor, Newt, me encuentro bien. Lo que descubrimos es más importante... - me interrumpió.

-Tú eres lo más importante para mí, en todo momento.

-¿Me dejas quedarme con ustedes si te prometo que no me separaré ni un segundo de tu lado?

  Lo consideró.

-Bien. Ni un segundo, ¿de acuerdo?

-De acuerdo.

  Volvimos al cuarto de armas. Newt avisó a los ayudantes que podían retirarse, y conforme al trato no sacó su mano de mi cintura, ni yo la mía que pasaba por sus hombros. Al mismo tiempo vi que Teresa y Thomas se miraban sin decir una palabra. Así debe funcionar su telepatía. 

  Después de mostrarle las seis palabras que el Laberinto repetía al morocho, decidimos ir a comer algo y luego descansar, porque cada uno a su manera estaba exhausto y no había pegado un ojo en toda la noche.

-¿A qué te referías con "nunca le afectaron los pinchazos? - Preguntó el Novato al rubio, que acabada de sentarse trayendo consigo vasos con bebida.

-Pues... - me miró para confirmar si podía contarle sobre el tema. Asentí. - Es la segunda vez que le sucede.

-¿Qué pasó en la primera? ¿Por eso dejaste de ser corredora? - Preguntó curioso.

  Se formaron nudos en nuestras gargantas al recordar los hechos correspondientes a las respuestas. Observé a Newt, que estaba pálido. Tomé firmemente su mano. No iba a contarle la verdad, pero no le mentiría al completo.

-Una vez, un Habitante me... secuestró y me llevó al Laberinto. El chico murió. Un Penitente me seguía. Llegué a cruzar a tiempo las Puertas, pero el condenado me clavó una aguja en el brazo. Me inyectaron el Suero. Aun así los efectos no aparecieron y desperté al día siguiente, si no me equivoco. Y esta fue la razón por la que dejé de correr como una garlopa por el Laberinto.

  Thomas quedó conformado con la explicación; quedó sumido en sus pensamientos. A veces quería saber qué pasaba por su mente. 

  Al quedarnos a solas, Newt se animó a preguntar.

-¿Tú si puedes hablar sobre lo que viste? Digo... porque Alby casi se asesina a él mismo al intentarlo.

-Creo que sí. - Tomé precauciones. - Sujétame los brazos, por si acaso.

  Así lo hizo él. Curiosamente, la mayor parte de esos recuerdos se habían borrado.

- Primero, me vi a mí misma de pequeña. Mi madre... no me quería, y me mandó con los de CRUEL. 

-¿Recuerdas a tu madre? - Preguntó sorprendido.

-No... - De pronto su rostro desapareció de mi memoria. - También había un... lobo. Era blanco.

-¿Tiene algo que ver con los Creadores?

-No. El segundo recuerdo fue... cuando nos conocimos. - El me miró tiernamente.

-¿Cómo nos conocimos?

-En un entrenamiento, o algo así.

  Esbocé una sonrisa: no había olvidado el rostro de Newt de cuando era más pequeño. Era adorable. Conté los pocos detalles que retuvo mi cabeza.

  Al terminar, me besó de forma suave, como si pudiera hacerme daño al tocarme.

  Pasamos todo el día ignorando los problemas que nos agobiaban. Nos acostamos en el mullido pasto, uno junto al otro. La vista no era muy buena: un cielo apagado, gris. 

  Newt me rodeó con un brazo, y me acurruqué mucho más. Cerré los ojos, y me permití disfrutar de su calor y su aroma.

  Pero la noche volvía a hacerse presente.

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Me han llevado sorpresivamente de vacaciones hasta el Viernes, y se me hace mega complicado conseguir internet :c

Espero que la historia les siga gustando, y gracias por leer :D

[#2] The Maze Runner: Life Goes On (Newt y Tú) Correr o MorirDonde viven las historias. Descúbrelo ahora