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Kim Yugyeom
--¿Por qué nunca me escuchas? -expresó la chica totalmente molesta ya estaba harta de esto de que su novio no confiara en ella - Ya te dije que fui a comer con mis padres y mis abuelos, no fui a otro lado.
--¿Y por eso vas vestida así? Se supone que vas con tu familia no ha acostarte con alguien - eso verdaderamente te ofendio, te acercaste a él y le diste una fuerte bofetada, no hibas a dejar que te insulte -
El chico muy molesto volteo y tomó fuertemente a su novia de los hombros, lastimandola. Se acercó y junto sus labios de una manera muy tosca, mientras la chica trataba de soltarse.
--¡Sueltame Yugyeom! ¡Me estas lastimando quítate!
--¡BASTA! - grito y lo miraste sorprendida, nunca te había gritado -
Se dio cuenta y se alejo de ti, arrepintiendose al instante, volteo a verte y se acercó a ti, te abrazo ocultando su rostro en tu cuello.
--Perdoname... - menciono y tu asentiste - ¿Que te parece si mejor, arreglamos las cosas como a ambos nos gusta?
Te beso, un beso salvaje y lujurioso, sostuvo tu cadera, te cargo he hizo que enrollaras tus piernas en su cintura, para de esa manera llevarte hasta la habitación.
Al entrar te lanzó bruscamente a la cama mientras buscaba algunas cosas que tenía guardadas para ti.
--Muy bien... Como fuiste una niña muy mala - alcanzaste a observar como sacaba unas esposas y... ¿Eso era un dildo? - Tengo que castigarte...
Se acercó a la cama, sus dedos recorrieron desde la punta de tus pies hasta tu cuello, logrando que un escalofrío recorriera tu espalda. Bajo hasta tus labios dándote un salvaje beso, sus lenguas se encontraron y comenzaron a tener una batalla entre ellas. Giraste tu cabeza hacia un lado tratando de buscar aire pero Yugyeom tomó tu cara y volvió a besarte, esta vez mordiendo fuertemente tu labio inferior logrando que se rompiera y saliera sangre.
El pelinegro al percatarse de la sangre se separó un poco y lamio aquel líquido rojizo, al mismo tiempo que tomaba una corbata suya y cubría tus ojos.
S
entiste como guiaba tus manos arriba de tu cabeza para así esposarlas a la cabezera de la cama, impidiendote cualquier movimiento. Abrió lentamente la camisa que llevavas puesta y se deshizo de tu falda y bragas. Mientras masajeaba tus pechos y lamia tu cuello.
Rápidamente se deshizo de su pantalón y quedó solo en bóxer, quito tus bragas y gemiste fuertemente al sentir su respiración agitada muy cerca de tu entrada. Pensabas que te hiba a hacer un oral pero estabas muy equivocada, soltaste un grito cuando aquel dildo se adentro de solo una estocada en tu interior.
--Tranquila amor... El dolor pasará pronto.
A los pocos minutos hechaste tus caderas hacia atrás en busca de más contacto, a lo que Yugyeom sonrió y prendió el dildo en su más alta potencia. Sentías espasmos atacar tu zona mientras gemias fuertemente.
El chico se alejo para observar aquella majestuosa vista y miró hacia abajo gimiendo al darse cuenta de lo duro que estaba su pene. Observó el sofá que estaba frente a la cama y se acercó para sentarse en el, acariciando lentamente su polla por encima de la tela del bóxer.
Aquel trozo de carne salió disparado de aquel lugar que lo tenía apresado, Yugyeom lo tomó y comenzó a acariciarlo de arriba hacia abajo lentamente. Guió su vista hacia donde estabas tu, disfrutando de aquellas vibraciones que te llevaban al extasis. Los movimientos de su mano aumentaron buscando por el mismo la cima de su placer y gozando de verte de esa forma.
Al sentir que estaba cerca de su orgasmo se levantó rápidamente y sacó el dildo de tu entrada, no te dio tiempo de protestar cuando se introdujo bruscamente en ti. Moviendose ferozmente y apretando tus caderas fuertemente.
--Quiero... Q-que gimas mi nombre -gruñó moviendose mas rápidamente para alcanzar su orgasmo. Te sorprendió cuando la palma de su mano impacto fuertemente tu trasero, te dio una nalgada tras otra.
--Yug... Ah!
--¡Gime mi nombre! - golpeó ese pequeño punto que te hacía delirar -
--¡Yugyeom!
--Ahh! ¡Mierda!
Su semen salió disparado en tu interior, mientras el seguía dando embestidas suaves para adentrarlo todo. Salió de ti y sonrió al ver cómo aquel líquido blanco salía de ti.
Se dejó caer sobre ti y dejó algunos pequeños besitos en tu cuello y alguna que otra marca.
--Creo que tengo que castigarte más seguido ¿no?
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