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Park Jimin
--Llevamos mas de dos meses sin tener sexo - se quejo el más bajo mientras Namjoon reía fuertemente -
Al moreno no le preocupaba que alguien los escuchará, pues la música sonaba fuertemente adentro de la casa y ellos se encontraban en el garage.
--Entiendo que tiene que trabajar, pero yo también tengo necesidades...
El pelinegro suspiro mientras el más alto colocaba una mano en su hombro en señal de apoyo.
--Pobre de ti mi amigo. Te entiendo, una vez Seokjin me dejo sin sexo por una semana...
Jimin no lo escuchaba, pues estaba pensando en algúna forma de llevarte a la cama.
--¡Ya se! - grito Nam asustando al más bajo - Ponle viagra a su bebida...
Al principio Jimin dudo, pero luego de que su hyung le dijera que el tenía un poco y comenzará a imaginar todo lo que podría hacerte, acepto sin dudas.
Ahora se encontraban en la carretera camino a casa, después de una divertida fiesta y unos cuantos tragos de más.
Comenzaste a sentirte rara, sentías mucho calor en el cuerpo y tenías la necesidad de que alguien te tocará.
Te acercaste a tu novio que estaba manejando y besaste su cuello, quien al sentír eso, supo que el efecto habia funcionado.
--¿Que pasa amor? - pregunto, pero obviamente sabía la respuesta -
--Amor~ Quiero que... Ah! - gemiste en su oído - Quiero que me hagas tuya...
Dirijiste tus manos a su pene y comenzaste a acariciarlo por encima de su ajustado pantalón negro.
Park un poco asustado, trato de alejarte pues tenía miedo de chocar, pero tus acciones lo estaban volviendo loco.
Se estacionó aún lado de la carretera, aprovechando que era tarde y era una calle que casi nadie transitaba.
Se acercó a tus labios, rozando los tuyos y te dijo :
--Espero que sepas en que te estas metiendo, por que no me contendre -paso su lengua por tus labios y soltaste un gemido que lo hizo sonreír - Ahora ve al asiento de atrás y quítate la ropa...
F
uiste a donde te indico y te desprendíste de tu pequeño top y brasier, mientras Jimin apagaba el auto y aseguraba las puertas para pasar contigo.
Se acomodo en el asiento y jalo de tu pierna para que quedaras sobre el, acarició tus senos y beso tu cuello dejándote marcas demasiado notorias.
Te beso con los labios cerrados, esperando a que le permitieras invadir tu boca y así fue, separaste tus labios y el introdujo su miembro bucal hasta encontrar el tuyo y acariciarlo.
Sus manos fueron a tu cintura, acariciando la piel desnuda de tu espalda y abdomen, causandote escalofríos.
Sacaste su camisa y lo besaste mientras desabrochabas la cremallera de su pantalón y lo bajaba hasta sus rodillas.
Tenía una gran ereccion y tu bastante desesperada, acariciaste fuertemente por encima del bóxer.
Gruñó, gimió y jadeo, le dolió tanto como lo éxcito.
Bajaste su bóxer y el quito tus bragas jugando con el borde de estas. Toco su pene y lo lubrico un poco con su presemen.
La chica sonrió cuando vio la frente de su novio sudada y lo desesperado que estaba.
Te acomodaste aún sobre el y metiste su glande en tu vagina, chillaste un poco por lo caliente que se sentía. Ya hasta dentro gemiste por lo palpitante que se volvió, escuchaste sus gemidos y sabias que no tardaría en convertirse en una bestia.
Se sujeto de los asientos y tu de sus hombros. Te moviste en el dando saltitos cortos, entrando y saliendo de su tronco.
Su pene frotaba tu clitoris mientras las estocadas de aceleraban. Tus piernas temblaban aún sin llegar al orgasmo y sentiste una corriente en tu interior desde el pecho hasta los talones.
Era como comer un pastel, de esos que se te escurre la saliva... Dios era delicioso.
Sujeto tus caderas atrayendote hacia el, las embestidas dejaron de tener ritmo y pasaron a ser desordenadas y hambrientas.
Tu orgasmo estaba cerca y lo que menos querías era parar, pronto sentiste la viscosidad y el sonido de fricción entre sus intimidades.
Tu estómago se contrajo, igual que el de el y poco a poco su pene perdió grosor liberando su esencia en tu interior.
Terminaron con los vidrios del auto empañados, igual que una película erotica.
Te dejaste caer sobre el, totalmente complacida pero exhausta.
--Maldición... - susurro la chica -
Merodeo tu espalda y succiono tu cuello de nuevo.
--Me encanta que seas mía... - dijo Jimin y siguió besando tu cuello -
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Este capítulo está dedicado a esta linda personita que me pidió que fuera anónimo.
Espero que te guste, es uno de los más largos que he hecho.
