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♡∙ 𝗼𝗵 𝗴𝗮𝘄𝗱 ∙♡
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Subimos al auto luego de comer. Qué delicia de comida, es lo único que puedo decir; sin embargo, hay algo que quisiera comer y lo tengo al lado.
— ¿En qué piensas? –me preguntó.
— En que quiero comerte. –dije inconscientemente mirando la vía. Un chirrido me sacó de mi trance, toqué mi pecho sintiendo los latidos de mi corazón, giré mi cabeza hacia la izquierda y fruncí mi seño– ¿qué fue eso? ¿qué pasó?
— ¿De verdad me preguntas qué pasó, Danie? –su rostro estaba confundido.
— Sí, amor... –estaba extrañada de todo.
— Danie, acabas de decirme algo que... –miró hacia su parte viril y volvió a mirarme– debes responder por ello.
— Y–yo ¿lo dije en voz alta? –asintió y arrancó de nuevo.
— Vas a responder, no me puedes dejar así.
— Bueno, no he dicho que no respondería...
Me bajé un poco el cinturón de seguridad para tener más libertad de movimiento, me acerqué lentamente hacia él, besé su mejilla, puse mi mano derecha sobre su muslo y comencé a acercarla hacia su miembro.
— Danie, ¿qué–qué estás haciendo? –tartamudeó un poco.
— Dándole solución al problema, ¿o no es lo que querías?
Bajé la cremallera del jean que él traía puesto, metí la mano como pude y acaricié lentamente. Empezaba a escuchar su respiración un triz pesada y eso bastó para motivarme más.
Saqué el miembro ya duro, lo toqué un par de veces de arriba a abajo; pasé mi mano por mi lengua mojándola un poco... Eso lo excitaría un poco más. Otra vez hice los movimientos, me estiré lo que faltaba para al fin tenerlo frente a mi cara.
Pasé mi lengua por toda su extensión y al tiempo escuché un gemido. Me encanta. Lo introduje entonces dentro de mi boca y jugué un poco con mi lengua.
Sentí cómo la velocidad aumentó —¿Te está gustando? –pregunté juguetona.
— No pares. –gimió.
Volví a introducirlo y sacarlo, primero la punta varias veces, luego a la mitad y después toda su longitud. Noah empezó a mover sus caderas un poco hacia arriba: lo estaba disfrutando. Incluso con la manera de manejar lo podía saber.
— No puedo, voy a estacionarme. –avisó.
Así hizo, estacionó sin apagar el auto; aumentó el aire acondicionado del auto y seguido, pasó su mano desde mi espalda hasta mi trasero. Y estaba en cuatro, así que se la puse fácil. Tomó mi cabeza, la bajó un poco más haciéndome meter todo su miembro, y luego con toda la delicadeza tomó mi cabello en su puño y lo alzó. Me tomó la cara en sus manos y me besó.
— Ven. –dijo al tiempo que reclinaba el asiento– sube.
Tal cual me dijo, lo hice no sin antes quitar el interior. Subí en su regazo, tomé el vestido un poco arriba y me senté sobre su miembro. Tanto mis partes como la de él estaban húmedas, lo que nos izo gemir al unísono. Empecé a moverme hacia adelante y hacia atrás, haciendo rozar nuestras partes. Una delicia lo que se sentía. Me incliné poniendo mis manos alrededor de su cabeza; bajé la mía y planté un beso corto en sus labios.
