Capitulo 3

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Nazli se paró en una esquina del centro de Chicago y miró la tarjeta que tenía en la mano.
Cantina Los Laureles, en Florescitaf, México. ¿Qué clase de hombre usaba una cantina como despacho? Se estremeció a pesar del sol de agosto.
Pero no tenía opción... era preciso hacer algo.
Siempre que huía, Deniz acababa encontrándola. Quería a su hijo con ella y él sólo le permitía cuidarlo todavía porque pensaba que el niño necesitaba a su madre, pero tenía intención de
llevárselo un día y ella tenía que hacer algo antes de que llegara ese día.
-Tengo hambre, mami.
Nazli  volvió al presente y sonrió al niño que se aferraba a su mano.
-Sí, cariño. Comeremos pronto.
Bulut  le devolvió la sonrisa y ella pensó que tenía que encontrar a Aslan y convencerlo de que la ayudara.
No había más remedio.

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