Mi Estúpido Profesor// Vkook-Taekook // Terminada

2// HUIR

En este punto de mí vida me preguntaba una vez más si seguía o no con vida. Por suerte o desgracia seguía respirando.

- Ahg mí cabeza - sentía que me estaban taladrando el cerebro, con lentitud me senté sobre la cómoda cama mientras sobaba mi cabeza como si aquello fuese a hacer que el dolor mermara.

Miré a mí lado y noté un bulto bajo las colchas, acaso había llevado a un tipo a casa? Y por qué no me di cuenta antes que alguien dormía junto a mí?.

- Mmmm si - lo oí decir entre balbuseos, con algo de miedo levanté las frazadas que lo ocultaban y noté que era mi querido hermano quien al parecer estaba teniendo sueños pecaminosos, así que lo empujé con mis piernas, haciéndolo caer y esperando una reacción de su parte pero solo siguió durmiendo tras soltar un quejido. Entonces si fue buena la de anoche.

Con cuidado me puse de pie, necesitaba urgentemente una ducha, miré mí ropa y tenía una sustancia ya bastante seca, solo rogaba con que no fuera vómito. Sin querer pensar más al respecto me dirigí al baño para ducharme, bendita sea la ducha después de una fiesta, procuré quedar bien perfumado con el jabón y los productos para el pelo. Cuando terminé volví a mí habitación para vestirme.

- Hyung - dije mientras movía el cuerpo del enano con mí pie - Hyung - un quejido se escapó de aquellos gorditos labios - JIMIN!!! - grité está vez a la altura de su oído - Que? Que? - dijo mirando a todos lados como si tuviese miedo, hasta que dio con mí rostro. - Ay!!! Me asustas baboso!! - se quejó mientras intentaba levantarse.

- Dios, mí cabeza me estaba matando - dijo a la vez que se apoyaba en la blanca pared. - La mía igual, ve a ducharte, mientras me cambio y busco algo para el dolor de cabeza, por cierto.. - miré su cuello - Tienes un chupón - dije señalandolo, rápidamente frunció su ceño y se miró en el espejo de mí habitación - Genial, sabes quién lo hizo? - preguntó sin dejar de verse el cuello -No, tu sabes quién hizo los míos? - le pregunté señalando ahora mí cuello, a diferencia de Jimin tenía dos, y uno de ellos era enorme, los noté cuando me lavaba los dientes.

- Jungkook aveces me pregunto si eres imbecil o te haces, es obvio que no, ni siquiera recuerdo con el tipo que me metí - dijo, bueno tenía razón, fue absurdo el preguntar. - Espero y hayan sido apuestos - dijo el rubio mientras salía de la habitación.

Me vestí cómodamente, un pantalón gris, camiseta blanca y ya,no era necesario el abrigarme más, la calefacción en esta época del año estaba casi todo el tiempo prendida. Busqué en mí mesita de noche algo que sirviera para el dolor de cabeza, solía tener todo tipo de medicamentos, nunca sabría cuando sería necesario, hombre precavido, vale por dos.

- Aquí están - dije tomando la caja de pastillas, saque una y me la tragué, eran pequeñas como para que fuese necesario el tener que tomar agua, aparte la pereza me ganaba. Tomé mí celular y revisé mis redes sociales, para mí suerte no había publicado nada extraño, así que seguí por las redes sociales de Jimin y... Nada.

- Encontraste alguna pastilla? - preguntó mí hermano mientras ingresaba a la habitación y se sentaba al borde de la cama - Ten - le di la caja y tomó una. - Como fue que llegamos? - preguntó consternado, había sido una muy buena pregunta, como es que habían llegado.

- Probablemente nos vinimos en taxi y el señor Kwansoo nos ayudó a entrar al departamento - dije, era lo más probable, no es como si está situación no hubiese pasado antes. - Y si no fue así?, Recuerdo a alguien llevarme alzado - dijo, fruncí mí ceño - Probablemente el de seguridad ya quería que nos fuéramos - hablé.- Hablo enserio. - dijo pensativo.

- Desde cuándo te importa tanto lo que hiciste? - pregunté. - Desde que tengo el puto cuello marcado, sabes que no me dejó marcar por nadie, y si se aprovecharon de mí? O de ti?? No tienes dolor en el ano cierto? - moví mí trasero sobre la cama - No y tu? - Jimin hizo lo mismo - No, no duele... Waow si lo hicieron o tenían un pene muy chico o... Tenían alguna clase de poder para que ahora no sintamos dolor - las conclusiones de mí hermano, no eran para nada creíbles.